En una época donde el estrés y la presión cotidiana son moneda corriente, un reciente estudio británico destaca el valor inesperado de los pasatiempos creativos para la salud mental. Según la investigación liderada por la Dra. Helen Keyes de la Universidad Anglia Ruskin, actividades como pintar, trabajar la madera y escribir no solo ofrecen un escape, sino que también pueden ser más beneficiosas que el propio empleo en términos de bienestar emocional.
Publicado el 16 de agosto en la revista Frontiers in Public Health, el estudio analizó las respuestas de casi 7.200 personas encuestadas por el Departamento de Cultura, Medios de Comunicación y Deporte del Reino Unido. Los resultados fueron claros: aquellos que se dedicaron a actividades creativas reportaron niveles significativamente más altos de felicidad y satisfacción con la vida en comparación con quienes no participaron en dichas actividades.
“La artesanía no solo nos brinda una sensación de logro, sino que también actúa como una poderosa forma de autoexpresión, algo que el empleo no siempre puede ofrecer”, explicó Keyes. Este hallazgo es particularmente relevante en un mundo laboral que a menudo puede ser alienante o estresante.
Además, el estudio sugiere que involucrarse en las artes no solo mejora el bienestar personal sino que también podría ser utilizado como una herramienta terapéutica viable. Keyes propuso que los servicios de salud consideren la promoción y el financiamiento de actividades artísticas como parte de estrategias preventivas en salud mental, especialmente para poblaciones en riesgo.
Este enfoque no solo subraya la importancia de las artes como parte integral de nuestra vida cotidiana, sino que también desafía la percepción de que solo actividades convencionales como el trabajo o el ejercicio físico pueden contribuir a nuestro bienestar. En lugar de ser vistos como meros pasatiempos, los proyectos creativos podrían ser reconocidos como esenciales para mantener y mejorar nuestra salud mental en la sociedad moderna.