El volcán Citlaltépetl o Pico de Orizaba es el enorme centinela que escolta la vida y protagoniza los paisajes de Coscomatepec de Bravo, encantador Pueblo Mágico del estado de Veracruz, ubicado a 108 kilómetros de Xalapa.
Como puerta de entrada a la cara norte de la cumbre más alta de México, Coscomatepec atrae a los aficionados al montañismo que quieren conquistar su cumbre. Pero su encanto colonial, su rica gastronomía, los trabajos artesanales que lo caracterizan y su ubicación privilegiada en un entorno natural excepcional lo convierten en un destino turístico perfecto para viajeros con diversos intereses.
El nombre de Coscomatepec proviene del vocablo náhuatl cuezcomatepec, que se traduce como “Cerro de las Trojes”, es decir, el lugar donde se almacenaban las semillas o los frutos. Pero un capítulo heroico posterior terminó de componer su actual nombre.
Durante la Guerra de Independencia, la madrugada del 4 de octubre de 1813, el brigadier Nicolás Bravo al frente de 600 insurgentes logró romper el sitio que los españoles habían puesto a Coscomatepec durante 33 días. En conmemoración de ese suceso glorioso, en 1903 el poblado obtuvo su condición de ciudad y cambió su nombre a Coscomatepec de Bravo.
Allí, además de explorar las laderas del Pico de Orizaba, hay que dedicarle un recorrido a fondo al Centro Histórico que forma parte del programa de Pueblos Mágicos desde 2015 y cuenta con muchos puntos de interés en sus calles de ambiente colonial como la Iglesia de San Juan Bautista, el Palacio Municipal, el Museo Comunitario de Tetlalpan, los talleres de puros, la panadería La Fama (fundada en 1924) y el Hotel Histórico Posada del Emperador.
La Plaza de la Constitución con sus altas palmeras, sus bancas para descansar y su kiosco central, es el corazón de Coscomatepec. A un lado está la plazuela Miguel Hidalgo, cuya fuente fue el primer punto de abasto de agua potable de la localidad.
Allí cada semana se instala el tianguis de los Lunes, donde se practica el trueque de productos agrarios y alimentos. En medio de ambos espacios verdes se levanta la Iglesia de San Juan Bautista del siglo XVII, que cuenta con dos torres pero carece de cúpula, ya que problemas en la cimentación (por la existencia de aguas subterráneas) obligaron a hacer una estructura lo más liviana posible.
Otra particularidad de este templo es que resguarda uno de los tres Cristos de la Agonía o Cristos de Limpias que quedan en el mundo, mientras que los otros dos se encuentran en Cantabria, España; y La Habana, Cuba. Así, esta venerada obra de arte colonial convoca a muchos fieles.
A unas dos cuadras se encuentra la Capilla de San Diego del siglo XVI, que fue la primera que se levantó en Coscomatepec.
De regreso en la Plaza de la Constitución hay que visitar el Palacio Municipal que está decorado con murales de la artista María del Carmen Calderón Rendón, donde se retrata la historia de Coscomatepec. Y, para ir un poco más atrás en el tiempo, a la vuelta de esquina se puede visitar el Museo Comunitario de Tetlalpan con una interesante colección de piezas prehispánicas.
El Hotel Boutique Posada del Emperador es otro hito lleno de historia que llama la atención de los visitantes. La casona, construida en 1822 con amplios corredores, ventanales, fuentes y jardines, conserva muebles originales de estilo colonial. Su nombre se debe a que allí pasó la noche el emperador Maximiliano de Habsburgo.
Otros huéspedes célebres del hotel fueron Benito Juárez, Guillermo Prieto, Nicolás Bravo y Francisco Gabilondo Soler, de modo que las 15 habitaciones temáticas están dedicadas a estos y otros personajes históricos de México.
Todos los recorridos por el Centro Histórico de Coscomatepec pasan en algún momento por uno de los muchos talleres familiares que continúan elaborando puros de forma artesanal y que resultan muy interesantes y aromáticos. Pero si del aroma del pan se trata y de abrir el apetito, la responsable será seguramente la panadería La Fama y sus más de 90 años de tradición, toda una institución gastronómica de Coscomatepec.
¿La especialidad? Los panes horneados con leña como las doncellas, los cubiletes, los huapinoles y los coscorrones.
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