Fotos Bruno Cortés / Maya Comunicación
Visitar el Pueblo Mágico de Atlixco es una experiencia única. El imponente y legendario Popocatépetl abraza al poblado y lo resguarda con su mirada. Este lugar poblano es cuna de tradicionales bailes y sede del festival multicultural “Huey Atlixcayotl”, evento de danza, cultura e historia donde se agradece a la tierra y sus regalos para la población. Si aún estás dudando en visitarlo, aquí te traemos muchas razones para que agendes tu viaje lo antes posible.
Atlixco nace de la combinación azteca Atl-ix-co, que se traduciría como “Agua en el valle o en la superficie del suelo”. Antes de ser bautizado así se conocía como Quauhquechollan, de origen náhuatl que significa “Lugar del águila Quecholli”, que a su vez esta última palabra se podría conocer como “plumaje hermoso”. Aquí se asentaron distintas culturas como los chichimecas, teochichimecas y xicalancas, que ofrecían tributos a Tenochtitlán.
Con la llegada de los españoles al lugar en 1579 fue fundado como Villa de Carrión y hasta 1843, después de la Independencia de México, fue reconocido como Atlixco. Aquí se dio lugar el hecho histórico conocido como Batalla de Atlixco, previa a la Batalla de Puebla donde los atlixquenses resistieron antes las tropas conservadoras y que muchos atribuyen el primer paso para la gloriosa victoria del día siguiente.
¿Sabías ese increíble dato?
Y como Puebla no se conoce sin visitar sus catedrales y parroquias, lo primero en estas recomendaciones son el Ex Convento del Carmen, Ex Convento Franciscano, el Convento de San Francisco, la Iglesia de la Soledad y la Iglesia de la Natividad, el Templo de la Merced y la Capilla de la Tercera Orden. Con un estilo barroco que fue introducido por los franciscanos a su llegada a nuestro país, podrás admirar bellas edificaciones religiosas con siglos de historia.
Si llegas muy temprano o te hospedas en Atlixco, lo que debes hacer es subir al Cerro de San Miguel, lugar donde podrás conocer en la cima la ermita dedicada al Arcángel San Miguel.
Además de la atracción religiosa, los amaneceres o atardeceres aquí son en verdad espectaculares, teniendo toda la panorámica del Pueblo Mágico y al fondo el hermoso Popocatépetl. En los cuatro miradores tendrás una vista de ensueño y es muy sencillo llegar caminando, aunque sí te aconsejamos llevar un calzado cómodo para disfrutar la excursión.
De regreso en el pueblo date un momento para contemplar los murales del Palacio Municipal, obra del artista Juan Manuel Martínez Caltenco que retrata momentos sobresalientes en la historia de Atlixco. Otro de los puntos importantes en materia artística es el Mural Danzantes del Atlixcáyotl, pintado en los escalones de la llamada ‘escalera ancha’ y que es un increíble trabajo de los artistas Manuel y Miguel Martínez Caltenco y del colectivo Tlacuilo.
Si quieres comer o comprar algún recuerdo deberás llegar al Mercado Benito Juárez, famoso lugar por sus tacos de cecina, mole, cemitas, barbacoa, consomé atlixquense y los mixiotes de carnero. ¡Aquí nadie se queda con hambre! Aquí también podrás comprar pasta de mole para preparar en casa, tomar chileatole y comprar los dulces poblanos tradicionales que endulzarán tu día.
Atlixco es mucho verde y mucha naturaleza, por eso una vuelta obligada es a la zona de viveros, disfrutar un día de descanso en el Parque Ayoa o sorprender con la hermosa Cascada de San Pedro Atlixco que tiene una caída de 15 metros. De verdad que este Pueblo Mágico tiene para todos los gustos: cultura, naturaleza, ecoturismo, tradición, buena gastronomía y mucha diversión.
Si quieres visitar la entidad en una fecha especial debes apartar el último fin de semana de septiembre para vivir el “Huey Atlixcayotl”, festival que reúne a las 13 regiones etnográficas de Puebla y donde podrás gozar de toda la riqueza cultural y tradiciones que encarna el estado. ¿Cómo ves, agendamos el viaje pronto?
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