En México, la construcción y mantenimiento de carreteras son aspectos fundamentales para el desarrollo económico y la conectividad nacional. La gestión de dos presidentes recientes, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, ha dejado huellas significativas en este ámbito, con enfoques y resultados divergentes.
El Sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018):
Durante la administración de Enrique Peña Nieto, se lanzaron diversos proyectos de infraestructura vial, con un enfoque en la modernización y ampliación de autopistas clave en el país. Se destacan iniciativas como el Programa Nacional de Infraestructura 2014-2018, que buscaba impulsar la competitividad y el crecimiento económico a través de la construcción de más de 50 mil kilómetros de carreteras.
Uno de los proyectos más emblemáticos fue el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que incluía la construcción de vías de acceso y carreteras periféricas para facilitar la conectividad con la capital y sus alrededores. Además, se realizaron inversiones importantes en la modernización de autopistas como la México-Toluca y la México-Puebla.
Sin embargo, este período no estuvo exento de críticas y controversias en torno a la transparencia en la asignación de contratos y los costos de los proyectos. La percepción de corrupción y el incumplimiento de algunos compromisos de infraestructura también generaron cuestionamientos sobre la eficacia de las políticas implementadas.
El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador (2018-actualidad):
Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia, se ha impulsado una visión renovada en materia de infraestructura, priorizando proyectos que buscan atender las necesidades de las regiones más marginadas del país. Se ha puesto énfasis en el desarrollo de carreteras y caminos rurales para mejorar la conectividad en zonas remotas y favorecer el desarrollo económico y social.
El programa insignia en este sentido es el Plan Nacional de Infraestructura 2019-2024, que busca impulsar la construcción de carreteras, caminos y autopistas, así como el mantenimiento y rehabilitación de la infraestructura existente. Se ha puesto énfasis en proyectos como el Tren Maya y la construcción de la autopista del Istmo de Tehuantepec, que buscan dinamizar el desarrollo regional en el sureste del país.
Aunque se ha buscado imprimir un enfoque de austeridad y eficiencia en la gestión de recursos, el gobierno de López Obrador también ha enfrentado críticas por la cancelación de proyectos de infraestructura en curso, como el Aeropuerto de Texcoco, y por la falta de claridad en la planeación y ejecución de algunas obras prioritarias.
Comparación y Conclusiones:
La construcción de carreteras en México ha sido un tema recurrente en las agendas de los gobiernos recientes, con enfoques y prioridades que reflejan distintas visiones sobre el desarrollo nacional. Mientras que la administración de Peña Nieto apostó por la modernización y la expansión de la red de autopistas, el gobierno de López Obrador ha puesto énfasis en la conectividad regional y el desarrollo equitativo.
Sin embargo, ambas gestiones han enfrentado desafíos en términos de transparencia, eficiencia y cumplimiento de metas. La construcción de carreteras en México sigue siendo un campo en el que se requiere un esfuerzo continuo de planeación, inversión y supervisión para garantizar que se traduzca en beneficios tangibles para la población y contribuya al desarrollo sostenible del país.