Cómo tener una Mantis Religiosa como mascota: Guía completa de cuidados

Las mantis religiosas son criaturas fascinantes que han ganado popularidad como mascotas exóticas debido a su comportamiento intrigante y su relativa facilidad de cuidado. Si estás pensando en tener una mantis como compañera, es importante entender sus necesidades específicas para garantizar su bienestar. En este artículo, te guiaremos paso a paso sobre cómo cuidar una mantis religiosa en cautividad.

Las mantis religiosas son ideales para quienes buscan una mascota única y de bajo mantenimiento. No requieren mucho espacio, son silenciosas y su comportamiento depredador las convierte en una opción fascinante para observar. Además, son inofensivas para los humanos, ya que no son venenosas ni transmiten enfermedades.

El primer paso para cuidar una mantis es proporcionarle un entorno adecuado. Aquí te explicamos cómo hacerlo:

1. Terrario

  • Tamaño: El terrario debe ser al menos tres veces el largo de la mantis en longitud y el doble en ancho. Un recipiente de 20x20x30 cm es ideal para la mayoría de las especies.
  • Ventilación: Asegúrate de que el terrario tenga una buena ventilación para evitar la acumulación de humedad excesiva.
  • Decoración: Coloca ramas, hojas artificiales o plantas naturales para que la mantis pueda trepar y esconderse.

2. Sustrato

  • Usa materiales como vermiculita, tierra para plantas o trozos de corteza para mantener la humedad. Evita sustratos que puedan dañar a la mantis, como arena gruesa.

3. Humedad y temperatura

  • Humedad: Mantén una humedad relativa del 30-40% para la mayoría de las especies (hasta 60-80% para especies tropicales). Pulveriza agua en el terrario cada 1-2 días.
  • Temperatura: La temperatura ideal ronda los 20-25ºC. Usa una manta térmica o una bombilla de calor si es necesario, pero evita sobrecalentar el terrario.

Y la mantida están sentadas en la palma de la mano de un hombre insecto p |  Foto Premium

Alimentación de la Mantis Religiosa

Las mantis son depredadoras y se alimentan principalmente de insectos vivos. Aquí te explicamos cómo alimentarlas correctamente:

  • Dieta: Proporciónales insectos como moscas, grillos, polillas o cucarachas pequeñas. Asegúrate de que las presas sean del tamaño adecuado (no más grandes que la cabeza de la mantis).
  • Frecuencia: Aliméntalas cada 1-4 días, dependiendo de su tamaño y especie. Las hembras adultas suelen necesitar más alimento que los machos.
  • Observación: Supervisa la alimentación para asegurarte de que la mantis capture y consuma a sus presas. Retira los insectos no consumidos para evitar que molesten a la mantis.

La hembra de la mantida de oración devorando a la avispa | Foto Premium

Manejo y socialización

Aunque las mantis no son mascotas que requieran interacción constante, es posible manejarlas con cuidado:

  • Cómo sostenerla: Ofrece tu mano lentamente y deja que la mantis se suba por sí misma. Evita agarrarla o forzarla, ya que puede estresarse.
  • Frecuencia: No las manipules demasiado, ya que son frágiles y pueden lastimarse si caen.

Problemas comunes y soluciones

Las mantis religiosas pueden enfrentar algunos desafíos en cautividad. Aquí te explicamos cómo manejarlos:

  1. Mudas incompletas:
    • Causa: Humedad insuficiente o falta de sujeciones para mudar.
    • Solución: Aumenta ligeramente la humedad antes y durante la muda. Proporciona ramas o superficies para que la mantis pueda colgarse boca abajo.
  2. Anorexia (rechazo de comida):
    • Causa: Condiciones ambientales inadecuadas o estrés.
    • Solución: Verifica la temperatura y humedad del terrario. Ofrece presas más pequeñas o fáciles de capturar.
  3. Infecciones fúngicas:
    • Causa: Humedad excesiva o falta de ventilación.
    • Solución: Reduce la humedad y mejora la ventilación del terrario.

FAUNA & ACCIÓN

 

Tener una mantis religiosa como mascota puede ser una experiencia gratificante y educativa. Con los cuidados adecuados, estos fascinantes insectos pueden vivir hasta un año en cautividad, brindándote la oportunidad de observar su comportamiento único y su elegancia natural. Recuerda proporcionarles un hábitat adecuado, una dieta equilibrada y un manejo cuidadoso para garantizar su bienestar.

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