La sal, o cloruro de sodio, es un condimento esencial que aporta sabor y mejora la conservación de los alimentos. Sin embargo, su consumo excesivo puede tener graves consecuencias para la salud. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mayoría de las personas exceden la cantidad diaria recomendada de sal, lo que contribuye a problemas como hipertensión, infartos y accidentes cerebrovasculares. A nivel global, se estima que el exceso de sodio es responsable de casi 1,89 millones de muertes anuales.
¿Cuánta sal es demasiada?
La OMS sugiere que los adultos no deben consumir más de 2.000 miligramos de sodio al día, lo que equivale a menos de 5 gramos de sal (menos de una cucharadita). Para los niños, esta cantidad debe ajustarse según sus necesidades energéticas. El consumo excesivo de sodio no solo proviene de la sal de mesa, sino también de alimentos procesados como pan, embutidos, sopas preparadas y quesos duros.
Consejos para reducir el consumo de sal
- Cocina sin sal añadida: Prueba los alimentos antes de agregar sal y opta por especias como orégano, nuez moscada o pimienta para dar sabor.
- Lee las etiquetas: Identifica productos con alto contenido de sodio y evita los ultraprocesados.
- Aumenta el consumo de frutas y verduras: Estos alimentos son ricos en potasio, lo que ayuda a equilibrar los efectos del sodio en el cuerpo.
- Elige sal yodada: La OMS recomienda el consumo de sal fortificada con yodo, esencial para el desarrollo cognitivo y el bienestar en todas las etapas de la vida.
Beneficios de moderar el consumo de sal
Reducir el consumo de sal es una medida sencilla y económica que puede prevenir enfermedades crónicas como la hipertensión y mejorar la salud general. Programas para limitar el sodio en la dieta han demostrado ser efectivos en la reducción de complicaciones cardiovasculares y otras enfermedades graves.