Ciudad de México, 5 de abril de 2023.- Las aves utilizan una combinación de técnicas para navegar durante la migración. Una de las formas más simples en que un pájaro puede asegurarse de que está en el camino correcto es observar los puntos de referencia familiares a continuación, como ríos y cadenas montañosas, usándolos para trazar un curso. Las aves que migran durante el día están atentas a estas características, e incluso hay evidencia de que las aves que migran de noche pueden ajustar su curso en función de los ríos a medida que se acercan a sus destinos. Las aves también pueden obtener información de la brújula del sol, las estrellas y al detectar el campo magnético de la tierra.
Se cree que las aves pueden usar tanto la magnetita del pico como los sensores oculares para viajar largas distancias sobre áreas que no tienen muchos puntos de referencia, como el océano. En los humanos, se han encontrado depósitos de magnetita en los huesos de nuestra nariz, y se cree que usamos el campo magnético de la Tierra para saber en qué dirección nos dirigimos.
Las aves tienen un notable instinto hogareño, lo que les permite volver a la misma zona año tras año, incluso cuando su migración les lleva al otro lado del mundo. El mapa interno proporciona a un ave la ubicación general de dónde se encuentra en relación con su objetivo de regreso o migración, y su brújula interna guía su vuelo y lo mantiene en curso. Sin embargo, las habilidades cartográficas de las aves siguen sin explicación.