El envejecimiento es un proceso natural e inevitable, pero, afortunadamente, existen formas de retrasarlo y hasta rejuvenecer algunas funciones del cuerpo y la mente. Mientras que a los 30 años comienza el envejecimiento físico y cognitivo gradual, es a partir de los 60 años cuando las habilidades intelectuales, como la memoria y la motivación, empiezan a declinar de manera más evidente. Sin embargo, hay prácticas que pueden ayudar a mantener el cerebro activo y en buen estado, incluso en la vejez.
Una de estas prácticas es el Tai Chi, una antigua disciplina china que, aunque inicialmente fue creada como una técnica de lucha, hoy en día se practica por sus múltiples beneficios para la salud física y mental. Se sabe que el Tai Chi mejora el equilibrio, reduce el estrés, fortalece el cuerpo y ayuda a conciliar mejor el sueño. Pero lo más sorprendente es su impacto en la salud cerebral, lo que ha sido confirmado por recientes estudios científicos.
Una investigación publicada en Annals of Internal Medicine ha demostrado que el Tai Chi mejora la cognición global. El estudio, que incluyó a más de 300 adultos mayores, reveló que quienes practicaron Tai Chi mejoraron su capacidad cognitiva de manera significativa. El grupo que practicó la versión estándar de Tai Chi incrementó su puntuación en un promedio de 1,5 puntos, lo que equivale a tres años más de juventud cognitiva. Mientras tanto, aquellos que practicaron Tai Chi optimizado cognitivamente, con ejercicios adicionales como la memorización de movimientos y la resolución de desafíos mentales, mejoraron aún más: tres puntos, es decir, seis años de juventud en la función cerebral.
Lo que hace eficaz el Tai Chi para preservar la función cognitiva es que, además del ejercicio físico, los participantes deben memorizar secuencias de movimientos, lo que activa diferentes áreas del cerebro y favorece su salud a largo plazo.
Pero no solo el ejercicio físico puede mantener joven el cerebro. Un estudio de la Universidad de Oxford ha mostrado que el aprendizaje de nuevas habilidades también puede ayudar a mejorar la cognición en la tercera edad. Los participantes que aprendieron habilidades como la fotografía, el dibujo o el uso de dispositivos tecnológicos como el iPad, demostraron mejoras en sus capacidades cognitivas y disfrutaron de un aumento en su independencia funcional.
Además de los beneficios cognitivos, el estudio reveló que estos adultos mayores también experimentaron mejoras en su bienestar social y emocional. Al aprender nuevas habilidades, muchos de ellos lograron conectarse mejor con sus seres queridos, y algunos continuaron reuniéndose con sus compañeros de estudio, lo que demuestra el impacto positivo que las relaciones sociales pueden tener en el proceso de envejecimiento.