México pone los cimientos para la primera Universidad de Lenguas Indígenas (ULIM) en el país latinoamericano para contribuir a la preservación del patrimonio lingüístico y así mitigar el deterioro de los conocimientos milenarios.
La ULIM será construida en la localidad Santa Ana Tlacotenco de la alcaldía Milpa Alta de Ciudad de México y su próxima edificación fue aprobada por los 12 pueblos que habitan en este territorio del sur de la capital. La primera generación que se forme en este centro iniciaría el curso el 21 de marzo del 2023 y será bajo el modelo híbrido, para que alumnos de otras entidades del país puedan formar parte.
«No tenemos actualmente en México una universidad que forme a profesores indígenas. Lo más que han ofrecido las universidades convencionales son diplomados. Necesitamos tener licenciaturas en donde se formen nuestros profesores de lenguas indígenas», ha explicado el coordinador del proyecto de la ULIM, el poeta y ensayista bilingüe (náhuatl-español) Natalio Hernández.
Contenido educativo
De acuerdo con el programa anunciado por el Gobierno de México, la ULIM de Milpa Alta tendrá cuatro licenciaturas universitarias:
- Enseñanza de Lenguas Indígenas.
- Interpretación y Traducción de las Lenguas Indígenas.
- Literatura en Lenguas Indígenas.
- Comunicación Indígena Intercultural.
A través de la docencia, investigación, promoción, difusión y vinculación de las lenguas indígenas, la ULIM aspira a proteger el rico patrimonio lingüístico y cultural de México, una nación con 68 lenguas reconocidas —las más habladas: náhuatl, maya y tseltal—, y 364 variantes lingüísticas.
Amenazas
«Cuando muere una lengua, entonces se cierra a todos los pueblos del mundo una ventana, una puerta, un asomarse de modo distinto a cuanto es ser y vida en la tierra», escribió el fallecido historiador y estudioso de la cultura náhuatl, Miguel León-Portilla.
México es uno de los 10 países con mayor diversidad lingüistica. No obstante, las autoridades advierten sobre el deterioro en el número de hablantes indígenas en comparación con el total de la población, al pasar del 6,6 % en 2010 al 6,1 % en 2020, según el último Censo de Población y Vivienda.
Con una educación que privilegia la enseñanza del español y, en menor proporción del inglés, las lenguas originarias han quedado excluidas en las aulas. En la nación hay 7,3 millones de personas de tres años y más hablantes de alguna lengua indígena, de los cuales, 6,4 millones también hablan español.
Para el poeta Hernández, se debería apostar por la diversidad de lenguas, culturas y cosmovisiones.
«Una persona que habla tres o cuatro lenguas tiene cuatro visiones del mundo, cuatro sistemas de pensamiento, entonces tiene mayor capacidad de discernimiento que uno que solo habla español», estimó Hernández en una entrevista.
Además del tema educativo, en algunas localidades del país ocurre que solo personas mayores hablan las distintas variantes lingüisticas, como el ixcateco, ayapaneco, kiliwa, paipái, cucapa, ku’ahl.
«La falta de transmisión generacional de la lengua indígena es solo uno de los factores que contribuye al desplazamiento lingüístico», según el estudio ‘México. Lenguas indígenas nacionales en riesgo de desaparición’.
Otros factores que contribuyen al riesgo de que desaparezca una lengua son: el estigma social; la dispersión geográfica; la exclusión de las lenguas indígenas de los espacios públicos e institucionales; y su ausencia en los medios de comunicación masivos, como la radio y la televisión.
Este complejo contexto es el que aspira a revolucionar la Universidad de Lenguas Indígenas de México. Se trata de cimientos que no solo protegerían el patrimonio lingüístico y cultural de los pueblos indígenas, sino que reforzarían la consolidación de un Estado plurilingüe.