La menopausia es un proceso natural que marca el fin de la etapa reproductiva en la vida de las mujeres, generalmente entre los 45 y los 55 años. Durante este periodo, conocido como perimenopausia, el cuerpo experimenta una serie de cambios hormonales que afectan tanto al sistema nervioso central como al metabolismo, provocando síntomas como aumento de peso, alteraciones cardiovasculares, problemas en la piel y disfunción sexual.
Uno de los grandes desafíos para las mujeres en esta etapa es mantener un peso saludable y preservar la masa muscular. A medida que disminuye la producción de estrógeno y progesterona, es común que la composición corporal cambie, aumentando la grasa y disminuyendo la masa muscular. Para contrarrestar estos efectos, se recomienda incrementar la ingesta de proteínas en la dieta diaria, pasando de un 15% a un 17-19% de energía proveniente de las proteínas.
Además, la dieta mediterránea ha demostrado ser particularmente beneficiosa durante la postmenopausia, especialmente en la prevención de la osteoporosis. Rica en alimentos de origen vegetal, antioxidantes y calcio, esta dieta no solo ayuda a mantener la salud ósea, sino que también combate el estrés oxidativo y apoya el sistema musculoesquelético.
En resumen, aunque la menopausia es un proceso inevitable, adoptar una dieta equilibrada y rica en nutrientes desde una edad temprana puede hacer que esta transición sea más llevadera, promoviendo un envejecimiento saludable y reduciendo los riesgos asociados con la pérdida de masa ósea.