En un contexto de desigualdades tan marcadas como el latinoamericano, que el periodismo vuelva a estar al servicio de la gente se torna urgente y necesario. Poner en el centro a los ciudadanos, sus dudas y temores, aunque parece sencillo, cuesta cada vez más en la puja diaria por aumentar la lecturabilidad no siempre de la mano de la calidad.
Si bien, ni en el oficio periodístico ni en la vida misma existen fórmulas mágicas para resolverlo todo, en el segundo día del taller ‘Cobertura de los retos para la cohesión social en América Latina’, la maestra y miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo, Mónica González; el periodista chileno Daniel Matamala y la especialista en corrupción y género y experta de EUROsociAL+, Ana Linda Solano; le apostaron a intentar responder la inquietud de cómo hacer que el periodismo de verdad le sirva a la audiencia.
“Para la ciudadanía, no siempre los medios son más confiables que lo que les dice su primo por WhatsApp. Hay que recuperar la confianza, los periodistas deben jugar un papel distinto, porque hay un déficit para contar los conflictos de interés alrededor de los temas que nos implican a todos, por ejemplo, el del pago de impuestos”, señaló Matamala durante la sesión en la que recomendó la lectura del texto ´Salvando al capitalismo de los capitalistas´, de autoría del economista italiano Luigi Zingales.
En la dinámica de análisis propuesta por la maestra González, afloraron dudas de los participantes sobre los desafíos del periodismo en temas relacionados con los ecosistemas criminales y, al citar casos como el de la periodista mexicana Marcela Turati, quien fue blanco de espionaje por parte del gobierno de su país tras dedicarse a la investigación de violaciones a los Derechos Humanos, se destacó que, aunque en la región resulta más peligroso investigar sobre un crimen que cometerlo, vale la pena seguir intentándolo.
“Hay muy poco análisis aplicado a la investigación criminal. La corrupción no es neutra, es un fenómeno multidimensional. Hay formas que están muy normalizadas y no se ven como hechos de abuso de poder. Se debe repensar los roles en estos sistemas, no poner una carga de valor superior sobre la mujer al llegar con el concepto de entenderla solo como una víctima”, explicó Solano, quien puso sobre la mesa la tarea de estudiar la criminalidad desde la perspectiva de género.
Al describir la corrupción como una de las grandes pandemias, González reiteró el compromiso de los reporteros para lograr “dominar el ruido de las calles”. Aquí, algunas de las conclusiones de la jornada:
1. Incomodar, darle al lector lo que no quiere, pero necesita saber
Producir contenido útil, el que se necesita, no solo el que se quiere. Ir más allá de lo que le gusta a la audiencia y entregarle herramientas a través de la información diaria que les permitan forjarse un concepto claro sobre los hechos lejos de las afinidades personales.
2. No dar la sensación de que el ciudadano no tiene nada que aportar
Partir de la premisa de la generación de diálogo colectivo como un objetivo complementario del ejercicio del periodismo. Buscar formas no solo de despertar el interés del público por los contenidos publicados, sino hacer que se sientan involucrados en lo que ocurre. Mostrarles cómo pueden convertirse en actores de cambio y abandonar así el rol de ser solo espectadores.
3. Desmenuzar los conflictos de interés detrás de las discusiones públicas
Pintar el panorama oculto. Mostrar cómo y dónde se mueven los hilos de poder e intereses detrás de las decisiones que impactan en las dinámicas sociales, tales como los procesos electorales, la aprobación de reformas tributarias, los mecanismos de aumento de impuestos o el otorgamiento de licitaciones con recursos estatales.
4. Hacerle contrapeso a la industria de la defensa de la riqueza
Todo tiene quien lo defienda y el caso de la riqueza no es la excepción. Consultar a los mismos expertos de siempre para realizar análisis económicos que busquen explicarle a los ciudadanos cómo funcionan las finanzas de un país es también continuar en el interminable juego de de defensa de los círculos de poder. Encontrar analistas lejanos a las esferas tradicionales y las cúpulas industriales de cada territorio facilita la construcción de conceptos más imparciales.
5. No normalizar la corrupción
Aterrizar y visibilizar historias relacionadas con las cadenas de corrupción. Poner la lupa sobre las irregularidades en registros y subregistros de casos de temas como la trata de personas y buscar la manera de responder qué tipo de complicidades permitieron que los hechos investigados fueran cometidos.
6. Hacer investigaciones que no sean “víctimo-centradas”
No caer en la tentación de condenar o juzgar. Aproximarse a las dinámicas desde el periodismo investigativo para evidenciar la impunidad en torno a realidades tan duras como la explotación, pero sin paradigmas sobre los delitos. Llegar al campo sin creencias infundadas.
7. Evidenciar que la gente ya no cree todo lo que se le dice
Hacerse los de la vista gorda no soluciona nada. Las audiencias día a día son más incrédulas no solo frente al Estado, los políticos y la economía, sino también frente a los medios de comunicación y los periodistas, lo cual se muestra en gran parte como consecuencia de los vacíos informativos. Cuando no se genera contenido de calidad, que invite a la población a querer entender lo que pasa, no solo aumenta la confusión colectiva, también crecen el desencanto y la desconfianza. La tarea entonces se traduce en servir de plataforma para mostrarle a las élites que ya no pueden dominarlo todo, que no basta solo con dar versiones acomodadas de los hechos para limpiar la reputación de personajes o compañías enlodadas por malos manejos.
8. Dejar de mostrar la política y la economía como temas extraordinariamente complejos
Acercar los temas a la gente. Quitarse la corbata a la hora de escribir. Lograr que el más humilde de los sectores entienda lo que pasa y cómo lo afecta. Mientras más comprensibles se muestren los procesos económicos y políticos, más se contribuirá a cerrar las brechas sociales. Desde el periodismo, se debe asumir la responsabilidad de contar sin pretensiones. Contar para que los lectores entiendan, no para recibir felicitaciones por hacerlo.
Sobre Mónica González
La periodista chilena Mónica González es maestra y miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo, entre 2007 y 2019 fundó y dirigió el Centro de Investigación e Información Periodística (Ciper), con sede en su país natal, y lideró las riendas del Diario Siete y la revista Siete+7. En su trayectoria figuran roles como los de editora de investigación del diario La Nación y subdirectora de la revista Cosas. Por su desempeño, ha sido destacada con galardones como el premio The Louis M.Lyons Award for Conscience and Integrity in Journalism, de la Universidad de Harvard, el Premio Anual de la Comisión de Derechos Humanos de España, el Premio Nuevo Periodismo Cemex-Fnpi y el Premio Mundial Unesco-Guillermo Cano de la Libertad de Prensa.
Sobre Daniel Matamala
El periodista y presentador Daniel Matamala es de origen chileno y se destaca por el abordaje, estudio e investigación de temas de actualidad política capaz de irritar a las élites. Inició su ejercicio profesional hace veinte años en el Canal 13 y en la actualidad goza de amplio reconocimiento como uno de los rostros principales de la cadena internacional de noticias CNN en su país.
Sobre Ana Linda Solano
La abogada Ana Linda Solano es consultora en temas de derecho penal, y política e investigación criminal, maestra investigadora de la Universidad Externado de Colombia, directora de la Escuela de Fiscales e Investigadores Penales de la Fiscalía General de la Nación y asesora del Fiscal General de Colombia en materia de política criminal. Cuenta con experiencia como directora tanto de la Policía Económico Financiera de la Fiscalía General de Colombia, como de Policías Judiciales Especializadas y es miembro de The Global Initiative Against Transnational Organized Crime.
Sobre el taller
Este taller se realiza de manera virtual gracias a la alianza entre la Fundación Gabo y el programa EUROsociAL de la Unión Europea. Comenzó el 29 de noviembre y se extenderá hasta el 4 de diciembre en seis sesiones de dos horas, en las que periodistas de México, Guatemala, Honduras, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Argentina y Chile debaten acerca de la importancia de la inclusión de la cohesión social en la agenda de los medios de comunicación.