La economía mexicana se encuentra en un momento crítico tras el anuncio de Donald Trump de imponer aranceles del 25% a los productos que ingresen desde México y Canadá. Esta medida, que podría entrar en vigor a partir del 20 de enero de 2025, ha generado preocupación entre empresarios y analistas económicos, quienes advierten sobre las posibles repercusiones en el comercio y la inflación.
Los aranceles son impuestos que un país aplica sobre bienes y servicios importados (y, en ocasiones, exportados) al cruzar fronteras internacionales. Funcionan como una herramienta de política comercial para generar ingresos fiscales y proteger las industrias locales de la competencia extranjera. Existen varios tipos de aranceles, incluyendo:
- Ad valorem: Un porcentaje del valor de la mercancía.
- Específicos: Una cantidad fija por unidad.
- Mixtos: Combinan ambos elementos.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) también clasifica los aranceles según su propósito, como los aranceles antidumping o compensatorios, que buscan proteger a las industrias nacionales.
México es un socio comercial clave para Estados Unidos, exportando más de 420,000 millones de dólares al año. La mayoría de estos productos están libres de aranceles bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Sin embargo, la amenaza de Trump podría cambiar drásticamente este panorama.
Según expertos, si se implementan estos aranceles, los precios de productos básicos como alimentos y automóviles podrían aumentar significativamente en Estados Unidos. Esto no solo afectaría a los consumidores estadounidenses, sino que también podría desincentivar la inversión en México y generar una desaceleración económica. La directora de análisis económico de Monex, Janneth Quiroz, advirtió que sectores clave como el automotriz y agroalimentario serían los más perjudicados.
Además, la académica Raquel Saed subrayó que estos aranceles violarían el T-MEC y podrían detonar una inflación incontrolable en Estados Unidos debido a su dependencia del comercio con México.
La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum ha respondido a las amenazas con un llamado al diálogo y la cooperación. En su carta a Trump, enfatizó que «a un arancel vendrá otro en respuesta», sugiriendo que la escalada podría perjudicar a empresas binacionales como General Motors y Ford.
El secretario de Economía mexicano, Marcelo Ebrard, también ha señalado las consecuencias potenciales para las empresas estadounidenses con operaciones en México si se llevan a cabo estas medidas. La incertidumbre generada por estas amenazas podría afectar no solo el comercio bilateral, sino también la estabilidad económica regional.