CDMX a 21 de octubre de 2024.-A pesar de la intensa vigilancia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) tras el ataque a la activista Diana Sánchez Barrios, la Alameda Central y sus alrededores se han convertido en un hervidero de actividad comercial informal. Este fin de semana, decenas de vendedores reabrieron sus puestos, ocupando tanto el interior del emblemático parque como sus inmediaciones, incluyendo el área frente al Palacio de Bellas Artes.
La explanada del Palacio, así como el costado que da hacia Eje Central y la avenida Juárez, se mantuvieron libres de vendedores, evidenciando una mayor presencia policial en estas zonas. Sin embargo, al girar hacia avenida Juárez y las cercanías de la Alameda, el panorama cambió drásticamente: la concentración de ambulantes se hacía notar, con algunos incluso ofreciendo alimentos cocidos en anafres, en un ambiente que desafiaba la normativa establecida.
A lo largo de los pasillos y fuentes de la Alameda, la venta continuó sin restricciones, mientras los elementos de la SSC observaban. Curiosamente, los policías afirmaron no tener órdenes de desalojar a los comerciantes, una declaración que deja en evidencia la complejidad de la situación.
En respuesta a este fenómeno, la jefa de Gobierno, Clara Brugada, anunció su intención de implementar un plan de reordenamiento del espacio público, destacando la necesidad de un “replanteamiento” que regule la participación del comercio informal en este icónico espacio de la capital.
La proliferación de vendedores ambulantes no solo refleja la resiliencia de este sector, sino que también plantea interrogantes sobre la gestión del espacio público y la seguridad en una de las zonas más emblemáticas de la Ciudad de México. La situación sigue evolucionando, y la comunidad espera ver cómo se implementarán las medidas propuestas por la administración local en un entorno que busca equilibrar la seguridad, la economía informal y el disfrute del espacio público.