Comercio en Crisis: Canadá, México y China Responden a los Aranceles de Trump

Por Bruno Cortés

En un giro dramático de la política comercial, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha decidido imponer aranceles adicionales a las importaciones provenientes de Canadá, México y China, citando la «crisis» de inmigración ilegal y el tráfico de drogas como justificación. Con estos aranceles, que afectan significativamente el comercio entre estos países, se espera que la relación económica en América del Norte y con Asia se vea alterada drásticamente.

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha respondido de manera firme y contundente. A través de sus redes sociales, Trudeau ha declarado que Canadá está preparado para esta confrontación comercial, prometiendo una «respuesta contundente e inmediata». Ha anunciado aranceles recíprocos del 25% sobre productos estadounidenses por un valor de 155.000 millones de dólares, incluyendo artículos cotidianos como cerveza, vino, búrbones y frutas, entre otros. Esta medida no solo busca equilibrar las cuentas comerciales sino también enviar un mensaje claro sobre la violación del tratado de libre comercio entre ambas naciones.

Por su parte, México, bajo el liderazgo de la presidenta Claudia Sheinbaum, ha rechazado vehementemente estos aranceles. Sheinbaum ha criticado la estrategia de Trump, argumentando que los problemas no se resuelven con medidas proteccionistas sino mediante el diálogo. Ha denunciado la supuesta injerencia estadounidense y la falsa acusación de alianzas con carteles de narcotráfico. En respuesta, México ha optado por implementar su propio «plan B», que incluye aranceles retaliativos contra Estados Unidos, mostrando una clara disposición a defender sus intereses económicos y soberanos.

Marcelo Ebrard, secretario de Economía de México, ha manifestado su apoyo a Sheinbaum, resaltando la unidad nacional ante lo que considera un ataque injustificado. La Cámara de Diputados, con Sergio Gutiérrez Luna a la cabeza, propone una estrategia diplomática mediante reuniones interparlamentarias para buscar soluciones dentro del marco del T-MEC, el cual ha sido clave para la integración económica regional.

China, no menos afectada, ha decidido llevar el caso ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), argumentando que los aranceles impuestos por Estados Unidos violan las normas del comercio internacional. El gigante asiático ha enfatizado su compromiso con las políticas antidrogas y ha recordado sus esfuerzos anteriores en colaboración con EE.UU. para combatir el tráfico de fentanilo. China advierte que estas medidas perjudicarán la cooperación futura en áreas críticas como la lucha contra las drogas.

La reacción en Estados Unidos no ha sido unánime. La Cámara de Comercio ha criticado duramente los aranceles de Trump, señalando que solo servirán para incrementar los precios al consumidor y desestabilizar las cadenas de suministro. El líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, ha coincidido en que esta no es la manera de abordar los problemas de fondo y ha urgido a una política más centrada en la reducción de costos para los ciudadanos estadounidenses.

Este episodio de tensiones comerciales podría marcar un punto de inflexión en las relaciones internacionales, obligando a los países involucrados a reconsiderar sus estrategias comerciales y diplomáticas. La imposición de aranceles ha abierto una caja de Pandora en el comercio global, donde cada país busca proteger sus intereses en medio de un escenario cada vez más complejo y polarizado.

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