Por Juan Pablo Ojeda
La crisis diplomática entre Colombia y Estados Unidos, que estuvo a punto de desencadenar una “guerra comercial”, fue finalmente superada tras intensas negociaciones, reveló el embajador colombiano en Washington, Daniel García-Peña. En entrevista con Blu Radio, el diplomático explicó que las relaciones entre ambos países estuvieron al borde de un conflicto serio debido a la negativa del presidente colombiano, Gustavo Petro, de aceptar vuelos militares estadounidenses con deportados colombianos sin un trato digno para los migrantes.
Crisis y Amenaza de Guerra Comercial
El punto crítico surgió cuando el gobierno colombiano rechazó dos vuelos con deportados enviados desde EE.UU. argumentando que las condiciones para los migrantes no eran adecuadas. Esto provocó una respuesta contundente por parte del presidente Donald Trump, quien impuso aranceles del 25% a todos los productos colombianos y amenazó con aumentar los aranceles al 50% en una semana. En represalia, el gobierno colombiano ordenó un aumento similar en los aranceles a productos estadounidenses y buscó alternativas para los productos nacionales.
“No llegamos a romper relaciones, pero estuvimos a punto de una situación muy crítica. La guerra comercial habría sido terrible no solo para Colombia sino también para Estados Unidos”, dijo García-Peña, destacando la importancia de resolver el conflicto sin llegar a una escalada de medidas económicas perjudiciales para ambas naciones.
Resolución de la Crisis y Acuerdo sobre Deportaciones
La crisis fue solucionada a última hora del domingo, después de una serie de reuniones entre funcionarios colombianos y estadounidenses. La Casa Blanca emitió un comunicado en el que confirmó que el gobierno de Bogotá aceptó los términos de Trump respecto a las deportaciones de migrantes colombianos. Estos términos incluyen la aceptación de todos los migrantes colombianos deportados desde EE.UU. en vuelos militares, con la condición de que los derechos humanos de los deportados sean respetados durante todo el proceso.
García-Peña explicó que, en respuesta a las inquietudes de Colombia, EE.UU. aceptó protocolos de seguridad para los vuelos, garantizando que los deportados estarían acompañados de funcionarios de migración, pero sin presencia de personal militar estadounidense. Además, destacó que el gobierno colombiano se comprometió a enviar aviones propios para recoger a los deportados.
Operativo en Marcha y Compromiso de Derechos Humanos
El embajador detalló que los vuelos colombianos ya están en camino para recoger a los deportados en EE.UU., y que el proceso está siendo monitoreado por funcionarios colombianos para asegurar que se respeten los derechos de los migrantes. No obstante, debido a la naturaleza del acuerdo, no se puede precisar la hora exacta de llegada de los vuelos a Bogotá, aunque se espera que los aviones lleguen en las próximas horas.
El embajador también subrayó que la colaboración estrecha entre las autoridades colombianas y estadounidenses fue crucial para resolver esta disputa y evitar que la crisis se profundizara aún más.