«Colaboración, no confrontación»: Sheinbaum sobre EE.UU.
Editor web Maya Comunicación 
La relación entre México y Estados Unidos está a punto de entrar en una nueva era, marcada por la tensión y la incertidumbre. El reciente diálogo entre la presidenta Claudia Sheinbaum y el presidente electo Donald Trump ha puesto sobre la mesa los desafíos que enfrentarán ambos países en los próximos años.
Donald Trump, fiel a su estilo, no se anduvo con rodeos. Amenazó con imponer un arancel del 25% a las exportaciones mexicanas si no se frena la migración y el tráfico de drogas. Esta medida podría tener consecuencias devastadoras para la economía mexicana, que depende en gran medida del comercio con Estados Unidos.
Por su parte, la presidenta Sheinbaum ha optado por una postura más diplomática. En sus palabras: «Estoy convencida que la relación entre México y Estados Unidos será buena y de respeto, y que prevalecerá siempre el diálogo y la colaboración». Sin embargo, también dejó claro que México no se doblegará ante las presiones de su vecino del norte.
Sheinbaum destacó la importancia de la relación económica entre ambos países:
- México es el principal exportador hacia Estados Unidos.
- El acuerdo comercial de América del Norte representa el 30% del PIB mundial.
- Los trabajadores mexicanos en EE.UU. contribuyen con más de 60 mil millones de dólares a la economía mexicana.
La presidenta mexicana también presentó datos que desafían la narrativa anti-inmigrante de Trump:
- Por cada 10 migrantes en la fuerza laboral estadounidense, se crean 1 o 2 empleos para los propios estadounidenses.
- Los migrantes indocumentados aportan 13 mil millones de dólares al año al seguro social de EE.UU.
El escenario que se avecina es complejo. Trump parece decidido a negociar comercio, inmigración y seguridad como un paquete único. Esto podría poner a México en una posición muy difícil, obligándolo a hacer concesiones en temas sensibles.
La relación entre México y Estados Unidos está en un punto de inflexión. La habilidad de Sheinbaum para navegar estas aguas turbulentas definirá no solo el futuro de México, sino también el equilibrio de poder en América del Norte.
