Mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador mantiene su discurso optimista, afirmando que la situación de seguridad en México está bajo control y que los medios exageran la violencia, la realidad en el terreno cuenta una historia diferente. La falta de políticas efectivas contra la inseguridad está llevando a un impacto económico y social significativo, visible en el cierre de negocios y la fuga de inversiones.
Recientemente, Coca-Cola Femsa anunció la suspensión temporal de sus operaciones en Puente de Ixtla, Morelos. Esta decisión responde a un alarmante aumento en la inseguridad, caracterizado por actos de extorsión y el secuestro de al menos ocho unidades de la empresa en una semana. Aunque los operarios fueron liberados, el robo de mercancía y dinero obligó a la empresa a cerrar su bodega en el municipio. La medida, que busca proteger a sus colaboradores, no fue bien recibida por el presidente, quien minimizó la situación y criticó la relación de Femsa con medios de comunicación influyentes.
La preocupación por la seguridad no se limita a Morelos. La cadena de tiendas OXXO, también perteneciente a Femsa, ha comenzado a cerrar algunas de sus sucursales en Sinaloa debido a condiciones similares de inseguridad. A pesar de que la empresa asegura que estos cierres son medidas preventivas para proteger a sus empleados, el presidente López Obrador parece mantener su postura de desestimar los problemas de seguridad.
La situación en Sinaloa ha alcanzado niveles críticos, con la embajada de Estados Unidos emitiendo alertas de seguridad para sus ciudadanos. Las recomendaciones incluyen evitar viajar a la región, un nivel de alerta que no se había visto antes para las ciudades mexicanas. La embajada también informó sobre cierres de escuelas, cancelación de eventos y disturbios generalizados en la zona, lo que refleja un panorama de inseguridad severo.
Mientras el presidente celebrará el Grito de Independencia en la noche del 15 de septiembre, muchos mexicanos enfrentan la realidad diaria de una violencia que parece fuera de control. La diferencia entre la percepción oficial y la cruda realidad en el terreno es cada vez más evidente, y la crisis de inseguridad sigue siendo un tema que afecta tanto a la economía como a la seguridad de los ciudadanos.