Por Juan Pablo Ojeda
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció que se reunirá el próximo martes 10 de noviembre con los gobernadores de los estados fronterizos de México, tras su encuentro con el Consejo de Seguridad en Acapulco, Guerrero. El objetivo de la reunión es abordar un tema crucial para la seguridad y bienestar de los migrantes mexicanos: la posible deportación masiva de connacionales desde Estados Unidos.
Durante su conferencia desde el podio de Palacio Nacional, la mandataria explicó que el encuentro con los gobernadores se centrará en la preparación ante un escenario en el que Estados Unidos, bajo la administración del presidente electo Donald Trump, implemente una política de deportación masiva. Trump ha mencionado que está trabajando en una lista de países de los cuales planea repatriar grandes cantidades de migrantes, lo que podría generar un flujo masivo de deportaciones hacia México.
La presidenta Sheinbaum subrayó la importancia de coordinarse con los gobernadores de los estados fronterizos como Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, para determinar cómo actuar ante este posible escenario y garantizar que los migrantes mexicanos reciban el apoyo adecuado en su retorno.
En la misma intervención, Sheinbaum destacó que la reunión con los gobernadores será precedida por un encuentro con el Consejo de Seguridad, en el que participarán figuras clave del gobierno mexicano, como el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, y la titular de la Secretaría de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez. El tema central de esta primera reunión será la distribución de fondos para el próximo año, destinados a garantizar la seguridad y la atención a los migrantes que pudieran ser deportados.
Aunque aún no se tiene un presupuesto definido para hacer frente a las deportaciones masivas, la presidenta aseguró que el gobierno mexicano está trabajando en coordinación con autoridades locales y consulados para crear un plan de acción. Además, expresó su esperanza de que estas deportaciones no ocurran, pero aseguró que, en caso de que se lleven a cabo, México estará preparado para recibir a sus connacionales de manera ordenada y segura.
Sobre la relación con Estados Unidos, Sheinbaum recordó que el gobierno de México tiene un acuerdo con la administración de Joe Biden, que contempla el envío de migrantes vía aérea a sus países de origen, una modalidad que difiere de las deportaciones terrestres que podrían implementarse bajo el mandato de Trump. No obstante, la mandataria indicó que también se trabaja en un acuerdo con el presidente electo estadounidense para que, en caso de deportaciones, los migrantes de otros países puedan ser regresados directamente a sus naciones sin tener que pasar por México.
Este panorama no es alentador para los migrantes mexicanos, ya que se estima que alrededor de 5 millones de indocumentados mexicanos residen actualmente en Estados Unidos. La cifra es aún más relevante si se considera que las remesas enviadas por los migrantes representan cerca del 4 % del Producto Interno Bruto (PIB) de México, lo que convierte las deportaciones masivas en un reto económico y social para el país.
El gobierno mexicano sigue buscando alternativas para minimizar los efectos de las deportaciones y garantizar que los migrantes puedan regresar de manera digna, sin que sus derechos sean vulnerados y con la esperanza de que se puedan encontrar soluciones que beneficien a todas las partes involucradas.