Por Juan Pablo Ojeda
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, ofreció una reflexión sobre el papel del papa Francisco, luego de que se conocieran las complicaciones de salud que el líder de la Iglesia Católica presentó durante el fin de semana. La mandataria, durante su conferencia matutina de este lunes 24 de febrero, deseó una pronta recuperación para el papa, a quien calificó como una figura que representa mucho para la humanidad, más allá de la religión católica.
«Es un hombre que representa mucho para la humanidad, más allá de la religión católica», expresó Sheinbaum, quien también destacó la importancia del papa Francisco como humanista y progresista. Resaltó que sus acciones y pensamientos no siempre coinciden con aquellos que defienden una visión más conservadora dentro de la Iglesia, pero subrayó que el pontífice ha hecho valiosas contribuciones al mundo con su enfoque humanista.
La mandataria citó dos encíclicas del papa Francisco que, a su juicio, reflejan sus posturas progresistas. La primera, dedicada a la protección de la naturaleza, un tema que considera fundamental en la lucha por un futuro más sostenible. La segunda, que critica abiertamente al neoliberalismo, una reflexión que Sheinbaum considera relevante en el contexto actual.
«Es un humanista, tiene muchos textos, pero tiene dos muy significativos. Una encíclica dedicada a nuestra casa común, hablando de la protección a la naturaleza, que es algo muy progresista, y la otra reflexión sobre lo que representó el neoliberalismo», comentó Sheinbaum.
En cuanto al estado de salud del papa Francisco, el Vaticano informó que el pontífice se encontraba estable tras una noche tranquila. Aunque su condición sigue siendo crítica, los médicos reportaron que la insuficiencia renal temprana estaba bajo control. El papa sigue alimentándose por sí mismo y no requiere de asistencia artificial para su nutrición. Los análisis de sangre realizados el domingo revelaron una leve insuficiencia renal, pero no hubo nuevas crisis respiratorias desde el sábado.
El papa Francisco fue hospitalizado el 14 de febrero debido a una neumonía bilateral, y su salud se agravó el 22 de febrero, cuando sufrió una crisis respiratoria que requirió el suministro de oxígeno y transfusiones de sangre debido a la anemia. A pesar de estos contratiempos, el papa agradeció al personal médico que lo ha atendido y a los fieles por los mensajes de apoyo recibidos.