Por Juan Pablo Ojeda
En un movimiento que promete fortalecer la presencia de México en el ámbito internacional, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha elegido a Diana Alarcón González como la próxima representante del país en el Banco Mundial. Según información de Bloomberg, Alarcón, quien ha mantenido una relación cercana con Sheinbaum desde la década de 1970, será oficialmente anunciada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en los próximos días.
Con un doctorado en Economía de la Universidad de California, Riverside, Diana Alarcón está programada para asumir su nuevo cargo en noviembre. Su misión en el Banco Mundial será ayudar a dirigir una oficina que también representa a países como España, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. Este nombramiento se enmarca en un momento crucial para México, que enfrenta desafíos económicos y la necesidad de fortalecer su cooperación internacional.
La trayectoria de Alarcón es notable. Desde diciembre de 2018, se ha desempeñado como coordinadora general de asuntos internacionales de la Ciudad de México durante la administración de Sheinbaum. Antes de esto, fue secretaria adjunta de Información Académica en el Colegio de la Frontera Norte y jefe de la Unidad de Estrategias y Políticas de Desarrollo en el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (ONU-DAES) entre 2015 y 2017. Además, su experiencia se extiende a una década en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), lo que la convierte en una figura clave en el ámbito de las finanzas internacionales.
El nombramiento de Alarcón llega en un momento en que el Banco Mundial ha reducido sus expectativas de crecimiento para México. En un informe publicado el 9 de octubre, el organismo internacional recortó en seis décimas sus proyecciones para el crecimiento económico del país en 2024, dejándolo en un 1.7%. Esta revisión se atribuye a las altas tasas de interés y a la disminución de la fortaleza del peso. William Maloney, economista jefe para la región de América Latina y el Caribe del Banco Mundial, subrayó que, a pesar de estos retos, México tiene un «tremendo potencial futuro», gracias a su ubicación estratégica, lo que lo posiciona bien para aprovechar las políticas de ‘nearshoring’ que buscan acercar la producción.
Diana Alarcón, como representante de México en el Banco Mundial, tendrá el reto de navegar estas aguas turbulentas y trabajar en conjunto con las autoridades para enfrentar las nuevas realidades económicas. Su experiencia y la relación cercana que mantiene con Sheinbaum son factores que podrían influir positivamente en la estrategia de México en el organismo internacional.
La comunidad política y económica estará atenta a cómo se desarrolla este nombramiento y las acciones que Alarcón llevará a cabo en su nueva función, así como al impacto que su liderazgo tendrá en la política económica de México en el contexto global.