Por Juan Pablo Ojeda
En un contexto marcado por la violencia y el crimen organizado, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha generado controversia al afirmar que la explosión de dos coches bomba en Guanajuato no puede catalogarse como «terrorismo». Durante una conferencia matutina en Baja California Sur, Sheinbaum subrayó que la definición del término se abordará la próxima semana, lo que deja abierta la discusión sobre la gravedad de estos actos.
“No se puede catalogar como terrorismo. Si quieren, el martes informamos qué quiere decir terrorismo, qué quiere decir delincuencia organizada y estos hechos. Y ahí, si quieren, discutimos el tema del terrorismo”, argumentó la presidenta, enfatizando que el enfoque actual de la conferencia era sobre la vivienda en la región.
Las explosiones, que ocurrieron en Acámbaro y Jerécuaro, han dejado un saldo de tres heridos y daños materiales considerables. En Acámbaro, la detonación se produjo frente al edificio de Seguridad Pública, donde tres policías resultaron lesionados, siendo una de las agentes reportada en estado grave. En Jerécuaro, el estallido de otro vehículo causó un incendio que afectó a siete automóviles y nueve comercios.
Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), indicó que estos incidentes están relacionados con la disputa territorial entre un cártel local y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). “Esto es por disputa por territorio, por droga; terrorismo tiene que ver con tintes ideológicos”, precisó.
El secretario aseguró que las investigaciones están en marcha y que no habrá impunidad en estos casos, reiterando el compromiso del Gobierno de México de trabajar en conjunto con la Fiscalía General de la República y las autoridades locales para esclarecer los hechos.
La respuesta de la presidenta Sheinbaum y del secretario Harfuch refleja un enfoque que busca diferenciar entre el terrorismo y las actividades criminales asociadas a la lucha entre cárteles. Sin embargo, esta postura ha suscitado críticas sobre la minimización de la violencia que afecta a varias regiones del país y que, para muchos, tiene características que podrían ser catalogadas como terroristas.
Mientras Guanajuato se enfrenta a esta crisis de violencia, la sociedad civil espera respuestas y soluciones efectivas que aborden no solo las causas del crimen organizado, sino también el impacto directo en la seguridad y la vida cotidiana de los ciudadanos.