Por Juan Pablo Ojeda
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, ha confirmado que su teléfono y su correo electrónico fueron hackeados hace algunos días, un incidente que fue revelado por el medio estadounidense The New York Times durante el fin de semana. En su conferencia matutina desde Palacio Nacional, Sheinbaum abordó el tema con cierta ligereza, señalando que, aunque no sabía cómo había ocurrido el hackeo, las autoridades correspondientes ya estaban investigando el incidente.
La mandataria no dudó en confirmar que su teléfono había sido hackeado, añadiendo con tono de humor: “Sí hackearon mi teléfono (risas), no sé también quién se lo contó (a la portera del New York Times)”. La presidenta también precisó que el teléfono en cuestión no era uno que estuviera usando en ese momento, sino uno que conservaba por el cariño que le tenía, pues se lo había regalado la gobernadora Layda Sansores en 2008.
“Este teléfono lo guardo porque le tengo un cariño, me lo regaló Layda Sansores en 2008. Es un número que todo el mundo conocía”, mencionó Sheinbaum, minimizando el hecho y restando importancia al incidente, aunque dejó claro que se estaban llevando a cabo las investigaciones pertinentes. Aseguró también que Apple, al darse cuenta de la vulnerabilidad, contactó inmediatamente a la Agencia de Transformación Digital para revisar el hackeo.
El hackeo de su teléfono se produce poco después de una medida importante del gobierno mexicano, que fue el traslado de 29 líderes del narcotráfico a los Estados Unidos, lo que representó un golpe significativo para los grupos criminales en el país. Según The New York Times, el hackeo ocurrió poco después de esta operación, lo que ha generado especulaciones sobre el posible vínculo entre ambos eventos.
El artículo de la periodista Natalie Kitroeff de The New York Times apuntó que el hackeo del teléfono de Sheinbaum podría estar relacionado con las acciones del gobierno mexicano en su lucha contra el crimen organizado, señalando que este hecho enviaba un claro mensaje de que la presidenta estaba tomando medidas serias contra los cárteles. Aunque la presidencia de México declinó hacer comentarios sobre la investigación en curso, la revelación ha generado preocupación sobre la seguridad de las comunicaciones gubernamentales y la privacidad de los altos funcionarios del Estado.
A pesar de la gravedad del hackeo, Sheinbaum Pardo ha restado importancia al incidente, afirmando que era un teléfono ya conocido por muchas personas y que el hecho no representa una amenaza directa para su gobierno. No obstante, la investigación sigue abierta y se espera que en los próximos días se revele más información sobre el origen de este ataque cibernético.