Las redes sociales han revolucionado la forma en que los ciudadanos interactúan con las instituciones públicas, permitiendo una mayor participación ciudadana en la toma de decisiones, especialmente en lo que respecta a los presupuestos públicos.
Este fenómeno ha permitido que la democracia se amplíe más allá de las urnas, permitiendo a los ciudadanos tener un papel más activo y corresponsable en los asuntos públicos.
Las redes sociales se han convertido en una herramienta de comunicación ciudadana normalizada, crucial para el acceso de los ciudadanos a los procesos de toma de decisiones.
Estas plataformas permiten a los ciudadanos generar conciencia sobre asuntos apremiantes, compartir ideas y propuestas, y participar en la supervisión y evaluación de políticas públicas.
Un ejemplo de éxito en la participación ciudadana a través de las redes sociales es el caso de NovaGob, una plataforma digital que facilita la participación ciudadana en la toma de decisiones, incluyendo el diseño de presupuestos participativos.
Sin embargo, también existen desafíos. Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) pueden acentuar las desigualdades en la participación ciudadana, y los procesos de debate y deliberación virtuales no siempre fomentan un debate participativo.
Es crucial que las instituciones públicas adopten estrategias efectivas para fomentar la participación ciudadana a través de las redes sociales, y que se implementen medidas para garantizar que esta participación sea inclusiva y representativa de toda la sociedad.