Por Juan Pablo Ojeda
La política canadiense se encuentra en medio de un giro inesperado tras la dimisión de Chrystia Freeland, viceprimera ministra y ministra de Finanzas de Canadá. En una publicación en redes sociales, Freeland explicó que tomó la decisión tras reconocer profundas diferencias con el primer ministro, Justin Trudeau, sobre cómo enfrentar los retos económicos del país.
Freeland admitió que, tras una cuidadosa reflexión, llegó a la conclusión de que la única opción honesta y viable era dejar su puesto en el gabinete. Aunque no detalló las diferencias exactas con Trudeau, su salida marca un hito en el gobierno de la administración liberal.
See my letter to the Prime Minister below // Veuillez trouver ma lettre au Premier ministre ci-dessous pic.twitter.com/NMMMcXUh7A
— Chrystia Freeland (@cafreeland) December 16, 2024
La ministra de Finanzas había sido una figura clave en la gestión económica de Canadá, especialmente durante la pandemia, cuando el gobierno implementó medidas para mitigar el impacto de la crisis económica global. Sin embargo, parece que la situación actual y las perspectivas económicas del país, que incluyen una creciente inflación y tensiones fiscales, llevaron a un punto de inflexión en su relación con el primer ministro.
Freeland, conocida por su enfoque pragmático y su perfil internacional, desempeñó un papel fundamental en la implementación de políticas fiscales y en la comunicación de las finanzas nacionales. Sin embargo, su dimisión abre un espacio crucial en la política canadiense, dejando la incógnita de cómo esta renuncia podría afectar las futuras decisiones del gobierno de Trudeau.