Ciudad de México, 10 de noviembre de 2023 — La política mexicana se vio envuelta en una nueva controversia tras un intercambio de críticas en el Instituto Nacional Electoral (INE). El foco de la disputa: Samuel García, gobernador de Nuevo León y su posible contienda por la Presidencia de la República.
El PRI, representado por Hiram Hernández, acusó a García y a Movimiento Ciudadano (MC) de ser un «esquirol» en el proceso electoral, sugiriendo que su candidatura podría dividir el voto opositor y beneficiar al oficialismo. Hernández fue contundente en sus declaraciones, calificando a los miembros de MC como «Morena de closet».
Por su parte, Juan Miguel Castro Rendón, representante de MC, evitó entrar en confrontaciones directas y se centró en solicitar un análisis jurídico sobre la situación de García. Esta respuesta fue un intento de mantener el enfoque en el procedimiento legal, destacando que MC ya anticipa miedo hacia su partido por parte de sus rivales.
La tensión aumentó cuando se abordó el tema de la seguridad en las elecciones. A petición del PRD, los consejeros del INE discutieron los mecanismos para garantizar la seguridad durante las elecciones. Sin embargo, no se llegó a un acuerdo concreto, aunque se decidió que se presentaría un informe mensual sobre el tema.
Guadalupe Taddei, consejera presidenta del INE, enfatizó que la responsabilidad primordial del Instituto es asegurar el derecho al voto, dejando claro que la seguridad pública es tarea de instancias gubernamentales. A pesar de esto, mencionó que el INE trabajará en colaboración con las fuerzas de seguridad para prevenir riesgos de violencia electoral.
Esta discusión tomó un giro cuando Mario Llergo, de Morena, sugirió que la petición del PRD era una estrategia para obtener ventajas partidistas pre-electorales. Por otro lado, Angel Avila del PRD expuso su preocupación sobre la influencia del crimen organizado en las elecciones, argumentando que en algunas regiones del país se podría estar ante una «simulación electoral».
Este intercambio en el INE pone de manifiesto las tensiones y desafíos que enfrenta el proceso electoral en México, especialmente en el contexto de seguridad y la integridad de la contienda presidencial. Con acusaciones cruzadas y preocupaciones sobre la influencia del crimen organizado, el camino hacia las elecciones se presenta complejo y lleno de incertidumbres.