Por Juan Pablo Ojeda
Los habitantes de Chalco, Estado de México, se encuentran atrapados en un torbellino de dificultades desde hace un mes, sumidos en un panorama desolador de aguas negras y olores nauseabundos a causa de las inundaciones provocadas por las intensas lluvias de finales de julio. Las colonias más afectadas, Culturas de México y Jacalones 1 y 2, han sido las más perjudicadas, con decenas de familias que han visto cómo sus vidas se desploman bajo el peso de la tragedia.
En las zonas inundadas, los daños son palpables: electrodomésticos destruidos, muebles arruinados, ropa y enseres domésticos perdidos. La magnitud del desastre es tal que se han registrado afectaciones a la salud de los residentes. Los habitantes comenzaron a presentar afecciones gastrointestinales, reacciones en la piel y conjuntivitis, lo que llevó a la rápida movilización de vacunas contra el tétanos, hepatitis y neumococo para mitigar el riesgo de brotes de enfermedades.
La causa de este caos se debe a un tapón de basura, de aproximadamente 50 metros de largo, que obstruyó el colector pluvial Solidaridad, cuya capacidad es insuficiente para manejar tal volumen de desechos. Este colector tiene un diámetro de solo 2.44 metros, lo que ha resultado en una acumulación de agua estancada y desbordamientos frecuentes en las calles y viviendas.
El problema no ha pasado desapercibido para las autoridades. Después de que la situación alcanzara un punto crítico, la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez, se desplazó a Chalco para prometer asistencia a los afectados. En respuesta a la emergencia, se desplegaron brigadas de autoridades de los tres niveles de gobierno para atender la crisis.
A pesar de estos esfuerzos, la situación sigue siendo grave. Las cifras preliminares indican que al menos 3,876 personas de cuatro colonias han visto sus viviendas inundadas, un claro testimonio de la magnitud de la catástrofe. Los residentes, desesperados por una solución, claman por una intervención más efectiva que no solo atienda los daños inmediatos, sino que también prevenga futuros desastres.
Mientras Chalco lucha por recuperarse, la comunidad espera que las autoridades implementen medidas a largo plazo para evitar que situaciones similares vuelvan a ocurrir. La crisis en Chalco no solo resalta la necesidad de una infraestructura adecuada para manejar emergencias, sino también la importancia de una respuesta rápida y efectiva para proteger a los ciudadanos en tiempos de desastre.