En Chalco, la crisis provocada por las inundaciones que han afectado diversas colonias durante los últimos 20 días ha revelado un espíritu comunitario inquebrantable. A pesar de la adversidad, los habitantes que no han sufrido daños se han unido para ofrecer apoyo a quienes lo necesitan, cocinando y repartiendo alimentos a los afectados.
La solidaridad se manifiesta en cada rincón de la demarcación. En el garaje de una vivienda en la calle Juan Fernández Albarrán, que se salvó de las aguas, la comunidad ha improvisado una cocina equipada con parrillas y un tanque de gas doméstico de 30 kilos. Verónica Urbina, una de las vecinas más activas, ha establecido un punto de recepción de donaciones, donde se reciben productos básicos como arroz, frijol, aceite y tortillas. “Una señora ya nos trajo 4 kilos de longaniza, otra nos dejó frijoles y ya los estamos guisando,” comentó Verónica, visiblemente emocionada por el apoyo recibido.
La labor de preparación de alimentos ha sido encomendada a varias vecinas, quienes se han encargado de cocinar en cazuelas, sartenes y comales. La hija de Verónica se ha convertido en la encargada de repartir las comidas en lanchas. Este esfuerzo ha permitido distribuir 50 comidas diarias a los afectados. “En un inmueble de departamentos hay 16 niños y cuando mi hija llevó la ayuda, ellos exclamaban: ‘¡Mamá, mamá, ya llegó la comida!’,” relató Verónica, reflejando la profunda tristeza y esperanza que viven los damnificados.
Mientras tanto, la respuesta de la comunidad no se limita a la preparación de alimentos. En la avenida Solidaridad, algunos ciudadanos han levantado carteles e instalado un bote para recolectar donaciones en efectivo, que serán utilizados para comprar víveres y otros suministros necesarios. Este gesto ha movilizado a peatones y conductores, quienes han aportado generosamente.
A pesar de la disponibilidad de cuatro albergues habilitados por las autoridades, solo uno de estos espacios está siendo utilizado, con 51 personas refugiadas de las colonias Jacalones, Culturas de México y Emiliano Zapata. Lizeth Torres Castillo, encargada de los refugios, ha señalado que la mayoría de los damnificados prefieren permanecer en sus hogares, temerosos de posibles robos. “Hay tristeza por la situación que viven tantas personas, pero también mucha esperanza en la solidaridad de los vecinos,” concluyó Verónica.
En Chalco, el espíritu de unidad y apoyo mutuo sigue creciendo, ofreciendo un rayo de esperanza en medio de la crisis.