Por Juan Pablo Ojeda
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, está impulsando una reforma energética que busca considerar a Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como “empresas públicas”. Esta iniciativa será discutida por la Cámara de Diputados y tiene como objetivo revertir los cambios realizados por la reforma energética del gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018).
Contexto y Objetivos de la Reforma
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum argumentó que la reforma busca restaurar el carácter público de Pemex y CFE, enfatizando que estas empresas deben centrarse en el servicio público y no en la competencia de mercado. “Es necesario que estas empresas regresen a ser empresas públicas”, declaró. La mandataria sostiene que las condiciones de competencia impuestas por las leyes mercantiles han perjudicado a ambas entidades.
La reforma también propone que la CFE controle el 54% de la generación eléctrica, mientras que el 46% restante quedaría en manos de privados. Además, obligará al Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) a priorizar la energía producida por la CFE, independientemente de la eficiencia de las fuentes.
Críticas y Respuesta de la Presidenta
Pese a las críticas de la oposición y la preocupación de los inversionistas, Sheinbaum afirmó que esta reforma permitirá que las empresas estatales sean “más productivas y eficientes”. Asimismo, prometió una planeación energética con “reglas muy claras” para la participación del sector privado.
La mandataria también ha reiterado su compromiso de rescatar a Pemex, la petrolera más endeudada del mundo, que reportó pérdidas significativas en 2024, a pesar de haber recibido una considerable inyección de recursos del gobierno anterior. La CFE también enfrenta dificultades económicas, con pérdidas que ascienden a más de 74 mil millones de pesos en el primer semestre del año.