El 26 de julio de 2024 quedará grabado en la memoria de los amantes de la música y el deporte, ya que Céline Dion ofreció una actuación inolvidable en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024. Desde la icónica Torre Eiffel, la célebre cantante interpretó con pasión y maestría «Hymne à l’amour» de Édith Piaf, cerrando un evento de casi cuatro horas que serpenteó a lo largo del majestuoso río Sena.
Este momento marcó el regreso de Dion a los escenarios después de cuatro años de ausencia, durante los cuales enfrentó valientemente el síndrome de la persona rígida, una enfermedad neurológica que le causó severos espasmos musculares y dificultades para cantar y caminar. Su regreso fue recibido con una ovación ensordecedora, demostrando el cariño y admiración que el público tiene por ella.
Vestida con un deslumbrante vestido blanco y acompañada únicamente por un piano, Dion ofreció una interpretación que resonó profundamente en un contexto tan simbólico como el encendido de la llama olímpica. La artista había cancelado previamente su gira mundial debido a problemas de salud, lo que aumentó la expectativa y emoción por su retorno. En su reciente documental Soy Céline Dion, expresó con determinación su deseo de volver a los escenarios, afirmando: «Si no puedo correr, caminaré. Si no puedo caminar, me arrastraré… No me detendré.»
Su emotiva actuación en París no solo celebró el inicio de los Juegos Olímpicos, sino también el poder del espíritu humano para superar adversidades. Céline Dion, con su voz inconfundible y su presencia magnética, recordó al mundo por qué es una de las artistas más queridas y respetadas del panorama musical global.