CDMX a 30 de agosto, 2024.- Catalina «Caty» Monreal, excandidata de Morena a la alcaldía de Cuauhtémoc en la Ciudad de México (CDMX), ha levantado la voz contra Alessandra Rojo de la Vega, alcaldesa electa de dicha delegación por la alianza PAN-PRI-PRD. Monreal acusa a Rojo de la Vega de cometer violencia política de género en su contra, señalando que los comentarios despectivos y estereotipados emitidos durante la campaña electoral constituyen una forma de agresión que no puede ser tolerada.
En un video compartido en sus redes sociales, Caty Monreal denunció que Rojo de la Vega la descalificó al llamarla «títere» y sugerir que su candidatura fue impuesta. «Decir que soy un títere, que me impusieron, que me manipulan, que me controlan, es violencia política contra las mujeres en razón de género», declaró Monreal, subrayando que estos comentarios no solo la descalifican a ella como persona, sino que también perpetúan estereotipos negativos contra las mujeres en política.
Monreal argumenta que este tipo de violencia es causal suficiente para anular una elección, citando los precedentes establecidos por los Tribunales Electorales en relación con el uso de estereotipos de género y la invisibilización de las candidatas. «Aplicar la ley y dejar de normalizar la violencia es anular la elección», enfatizó Monreal en su mensaje. También acusó a Rojo de la Vega de utilizar mentiras como una estrategia mediática para desprestigiarla y socavar su campaña.
La denuncia de Monreal se enmarca en un contexto más amplio de lucha contra la violencia política de género en México. Esta forma de violencia, reconocida por las autoridades electorales, se refiere a cualquier acción u omisión que afecte los derechos políticos de las mujeres, basada en estereotipos de género. Según las leyes mexicanas, este tipo de violencia puede llevar a la anulación de resultados electorales si se demuestra que influyó en el proceso de manera significativa.
Además de su denuncia, Monreal hizo un llamado a erradicar la violencia política de género como una táctica de campaña. “Las mentiras no cambian las leyes, y no podemos permitir que se usen como arma para atacar a las mujeres en política”, concluyó.
Este caso pone en evidencia las luchas que aún enfrentan las mujeres en el ámbito político, donde, a pesar de los avances en equidad de género, todavía persisten prácticas discriminatorias que buscan limitar su participación y liderazgo.