El mundo del narcotráfico en México está dando un giro inesperado digno de una serie de Netflix. Los cárteles, en su afán por dominar el mercado del fentanilo, están echando mano de un recurso que ni el mismísimo Walter White hubiera imaginado: estudiantes de química.
Según una investigación del New York Times, los narcos están infiltrándose en las universidades mexicanas como si fueran cazatalentos de Silicon Valley. Su objetivo: reclutar a los cerebros más brillantes de las facultades de química para crear una versión del fentanilo más potente y adictiva.
¿Y cómo convencen a estos genios en ciernes? Pues con una oferta que haría temblar a cualquier recién egresado: más de 800 dólares mensuales, o sea, unos 16 mil pesotes. Con esa lana, hasta el más santo podría sentirse tentado a darle una probadita al lado oscuro.
Los roles de estos estudiantes van desde dirigir experimentos para hacer la droga más potente hasta supervisar la producción a gran escala. Es como si los cárteles estuvieran armando su propio equipo de «Los Vengadores», pero versión narco.
La pandemia de coronavirus, como en toda buena serie, metió su cuchara en este asunto. Al ralentizar las cadenas de suministro de precursores químicos, los cárteles se vieron obligados a buscar soluciones creativas. Y vaya que la encontraron en las aulas universitarias.
Mientras tanto, al norte de la frontera, Donald Trump anda como perro de dos colas prometiendo acabar con la importación de fentanilo a Estados Unidos. Pero con estos nuevos «narco-genios» en acción, parece que la tarea se le va a poner cuesta arriba.
Con esta nueva estrategia de reclutamiento, los expertos temen que estemos entrando en una nueva fase de la crisis del fentanilo. Una fase donde la droga podría volverse aún más letal y, tristemente, más lucrativa.
En fin, parece que el mundo del narco está evolucionando más rápido que un Pokémon. Solo queda esperar que las autoridades puedan ponerse al tiro antes de que esta serie de la vida real tenga un final demasiado trágico.