Por Juan Pablo Ojeda
A menos de 24 horas de su audiencia programada en la Corte Federal de Distrito Este de Nueva York, Rafael Caro Quintero, narcotraficante mexicano de 72 años, ha sido sujeto a nuevas medidas restrictivas impuestas por las autoridades estadounidenses. Estas medidas fueron notificadas el 25 de marzo, un día antes de su presentación ante el tribunal, en el marco de las graves acusaciones que enfrenta por su participación en el crimen organizado y otros delitos de narcotráfico.
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos confirmó que Caro Quintero está bajo lo que se conoce como Medidas Administrativas Especiales (SAM, por sus siglas en inglés), desde mediados de marzo de 2025. Estas medidas, autorizadas por el Fiscal General de EE.UU., buscan restringir ciertos privilegios y minimizar los riesgos que el narcotraficante podría generar durante su tiempo de reclusión. Las SAMs se imponen cuando un recluso representa un «riesgo sustancial» para la seguridad de otras personas y la seguridad pública en general.
Según el documento oficial dirigido al juez Frederic Block, encargado de su caso, la imposición de las SAMs limita diversos privilegios de Caro Quintero, como el acceso a correspondencia, visitas familiares, entrevistas con los medios y el uso del teléfono. Además, la aplicación de estas medidas refleja la preocupación del gobierno estadounidense por la influencia que el narcotraficante pudiera tener desde prisión, dado su historial y su posible capacidad para incitar a actos violentos.
El narcotraficante se encuentra actualmente en el Centro de Detención Metropolitano (MDC) de Brooklyn, Nueva York, una instalación de alta seguridad que alberga a otros criminales de alto perfil, como Ismael “El Mayo” Zambada, cofundador del Cártel de Sinaloa.
La defensa legal de Caro Quintero también ha sido un tema de interés en su caso. De acuerdo con informes, varios abogados han expresado su interés en representar al narcotraficante, aunque por el momento se encuentra siendo defendido por un abogado de oficio.
El 26 de marzo de 2025, Caro Quintero tiene programada su audiencia ante el tribunal, donde enfrentará cargos graves por crimen organizado, tráfico de drogas y uso de armas de fuego. De ser declarado culpable, el narcotraficante podría ser condenado a la pena de muerte, debido a la gravedad de los delitos que se le imputan. Además de los cargos en Nueva York, Caro Quintero también está implicado en el asesinato del agente de la DEA Enrique «Kiki» Camarena, en un caso que se ventila en la corte federal de Los Ángeles, California.
La situación de Caro Quintero continúa siendo un tema de gran relevancia internacional, ya que su captura y juicio representan una victoria significativa en la lucha contra el narcotráfico y la impunidad en el continente americano.