En el vibrante panorama gastronómico de la Ciudad de México, una nueva tendencia fotográfica está cautivando tanto a chefs como a foodies por igual: la «dark food photography». Esta técnica, que se distingue por su estilo dramático y atmosférico, está revolucionando la manera de presentar y apreciar la comida, transformando cada plato en una historia visualmente impactante y llena de emoción.
La «dark food photography» se caracteriza por su uso magistral de la iluminación en clave baja y el alto contraste, centrándose en resaltar las áreas más críticas de los platillos para capturar su esencia y narrativa. Mediante un juego de luces y sombras, complementos oscuros y situaciones llenas de dramatismo, esta técnica busca ir más allá de las típicas imágenes de alimentos, añadiendo profundidad y significado a través de la composición fotográfica.
Uno de los secretos detrás de esta fascinante técnica es el uso del «claroscuro» (chiaroscuro), una estrategia que crea un fuerte contraste entre la luz y la sombra, generando así un efecto dramático que focaliza la atención en áreas específicas de la imagen. Este método no solo realza la textura, el color y los detalles de los platillos sino que también crea una atmósfera que puede ser tanto misteriosa como acogedora, evocando emociones y contando historias a través de cada disparo.
Para aquellos interesados en explorar este arte, algunos pasos recomendados incluyen elegir un tema atractivo, preparar una escena con fondo oscuro, manejar una fuente de luz dirigida y posiblemente única, y jugar con la subexposición y el ajuste de postproducción para intensificar el ambiente y el dramatismo de la fotografía.
La «dark food photography» no es solo una técnica fotográfica; es una expresión artística que busca capturar la belleza y el drama en la gastronomía, transformando platos cotidianos en verdaderas obras de arte. Ya sea para profesionales de la fotografía, chefs innovadores o entusiastas de la comida, dominar esta tendencia puede abrir un mundo de posibilidades creativas y emocionales.
Con la creciente demanda de contenido visual que cuente historias y evoque emociones, la «dark food photography» se perfila como un servicio fotográfico esencial en la Ciudad de México. No solo mejora la presentación de los platillos, sino que también ofrece una nueva perspectiva en la fotografía gastronómica, estableciendo un puente entre el arte culinario y visual.
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