Por Bruno Cortés
En política hay discursos para lucirse y hay denuncias que duelen. Esta vez fue lo segundo. El diputado Erubiel Alonso Que, del PRI y representante de Tabasco, soltó una bomba que retrata con crudeza lo que —según él— se está viviendo en su estado: hospitales colapsados, policías sin gasolina y un gobernador, Javier May Rodríguez, que “no asume su responsabilidad”.
Así, sin rodeos, lo dijo frente a los medios en el Congreso. Según cifras del INEGI, Villahermosa no solo anda mal, sino que lidera el ranking de percepción de inseguridad a nivel nacional. Sí, por encima de Culiacán y Fresnillo. Y eso ya es decir mucho.
¿Y cómo están enfrentando eso las autoridades? Pues mal. Muy mal, si le creemos al legislador. Resulta que los policías estatales en Tabasco ganan apenas 8,995 pesos al mes —el sueldo más bajo del país— y trabajan en condiciones que rayan en el abandono. Algunas patrullas, dijo, ya ni pueden salir a rondar porque no tienen gasolina. Las estaciones de servicio les cortaron el crédito. Literal, la policía está parada… por falta de gasolina.
Como si eso no fuera suficiente, Alonso Que denunció que el gobierno estatal eliminó todo el presupuesto de la Academia de Policía. Es decir, ni cómo preparar a nuevos elementos ni cómo capacitar a los actuales. Entonces sí, la inseguridad no solo crece: lo hace sin resistencia.
Y por si fuera poco, el panorama en salud también está para llorar. En el Hospital Juan Graham Casasús —uno de los principales del estado— solo está funcionando un quirófano. Uno solo. Y en el hospital de Macuspana, el personal médico tuvo que improvisar un respirador artesanal para salvar la vida de un bebé… ¿el agradecimiento del gobierno? Los médicos fueron despedidos y enfrentan un proceso penal. Así, tal cual. Según Alonso Que, esto es represión profesional disfrazada de procedimiento administrativo.
El diputado ya avisó que llevará el caso a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y dará apoyo legal a los doctores. También puso el dedo en otras heridas: falta de insumos, cobros ilegales de ambulancia —hasta 7,200 pesos por traslado— y cero inversión en infraestructura médica.
No estuvo solo. Lo acompañaron otros legisladores del PRI como Christian Mishel Castro Bello y Lorena Piñón Rivera, quienes pintaron un panorama parecido en Campeche y Veracruz, estados también gobernados por Morena. Incluso lanzaron un llamado urgente al nuevo secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch, para que refuerce la protección a candidatos y garantice seguridad rumbo a las elecciones de 2027.
Porque, como dijo Piñón, “la delincuencia organizada ya tomó el control de muchas zonas del país”.
En medio de todo esto, Alonso Que remató con una crítica directa al gobernador: que se la pasa viajando y no gobierna. Que ya se le cayó la máscara. Y que el PRI, en respuesta, está preparando una nueva propuesta política para 2027, con la esperanza de que la ciudadanía “ya se dio cuenta del fracaso de Morena”.
La política se puede debatir, pero lo que está en juego —la seguridad, la salud, la vida de las personas— no debería estar sujeto a colores ni excusas. Tabasco está prendiendo focos rojos. ¿Quién va a apagarlos?