La autopista México-Puebla, una de las arterias más importantes de comunicación entre la Ciudad de México y Puebla, se encuentra bloqueada en ambos sentidos desde hace más de 20 horas. La protesta, liderada por ejidatarios de Santa Rita Tlahuapan, ha paralizado el tráfico debido a una disputa histórica sobre indemnizaciones no pagadas.
Los manifestantes exigen compensaciones por tierras expropiadas en la década de 1960 para la construcción de la autopista. A pesar de un acuerdo inicial con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que prometió un pago de 176 millones de pesos a 397 afectados, los recursos destinados a estas compensaciones presuntamente fueron desviados por miembros de la Comisaría Ejidal, dejando a los ejidatarios sin el dinero que se les había prometido.
La situación se agravó el 6 de agosto, cuando los pobladores, frustrados por la falta de pagos, decidieron cerrar completamente la vialidad. Este bloqueo ha generado severas complicaciones en el tráfico, afectando tanto a viajeros frecuentes como a transportistas. Las autoridades han recomendado a quienes necesiten viajar entre Puebla y la Ciudad de México tomar rutas alternas, como la autopista Puebla-Tlaxcala y seguir por el libramiento Tlaxcala hasta incorporarse a la carretera México-Veracruz.
La protesta no solo pone en evidencia las tensiones entre el gobierno y los ejidatarios, sino que también resalta la necesidad de resolver estos conflictos históricos para evitar la interrupción de servicios cruciales para la región. Mientras las autoridades buscan una solución, el bloqueo continúa generando descontento y caos en una de las rutas más transitadas del país.