Puebla, 30 de septiembre de 2024 — En una jornada marcada por la protesta y la determinación, alrededor de 300 estudiantes de la Universidad Politécnica de Puebla (UPP) bloquearon la carretera federal México-Puebla, exigiendo mejoras urgentes en el acceso a su plantel. Desde las primeras horas de la mañana, los jóvenes manifestaron su frustración ante el estado crítico del camino que utilizan diariamente, lleno de baches y tramos inundados que complican su tránsito y ponen en riesgo su seguridad.
Los estudiantes hicieron un llamado directo al Gobierno del Estado de Puebla y al ayuntamiento de Juan C. Bonilla, instándolos a intervenir de manera inmediata para reparar la carretera. «Esto no solo nos afecta a nosotros; también impacta a toda la comunidad que utiliza esta vía», subrayaron durante el bloqueo, que se extendió hasta las 11 de la mañana.
La situación se tornó tensa cuando un tráiler intentó pasar a la fuerza, embistiendo a algunos manifestantes, lo que enfatizó la urgencia de su movilización. A pesar de los llamados de algunos conductores frustrados, los estudiantes defendieron su postura, argumentando que sin medidas de presión, sus demandas caerían en el olvido.
El rector de la UPP, Juan Núñez Alameda, no se presentó en el lugar de la protesta. En su lugar, realizó una reunión en el auditorio de la universidad, donde intentó desmarcarse de la situación. Argumentó que su gestión solo llevaba un año y que los procesos electorales y de transición habían obstaculizado la realización de un proyecto de pavimentación, a pesar de que el gobernador, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, había declarado en múltiples ocasiones que la educación es una prioridad.
Durante la reunión, el rector mostró videos que evidenciaban la disposición del gobierno municipal para ayudar a los estudiantes. Sin embargo, la falta de acción inmediata dejó un sentimiento de desilusión en el aire. A medida que avanzaba la mañana, la movilización continuó, evidenciando la determinación de los estudiantes de no desistirse hasta que sus demandas fueran visibilizadas y atendidas adecuadamente.
Este conflicto no solo resalta la precariedad del acceso a la UPP, sino también la necesidad urgente de un diálogo efectivo entre los estudiantes, el ayuntamiento y el Gobierno del Estado. La situación demanda una respuesta que garantice un tránsito seguro y digno hacia la educación superior, un derecho fundamental para todos.