CDMX a 11 de mayo de 2024.-En un giro inesperado, los representantes de los partidos políticos involucrados en el tercer debate presidencial lograron un acuerdo unánime para modificar sustancialmente el formato originalmente propuesto por el Instituto Nacional Electoral (INE). Esta decisión, aunque consensuada entre las tres candidaturas en contienda, ha generado controversia y ha dejado entrever tensiones respecto a la distribución equitativa del tiempo y la dinámica de confrontación entre los aspirantes presidenciales.
Una de las principales alteraciones radica en la eliminación de las preguntas directas entre las candidaturas, las cuales habían sido concebidas como un elemento central del debate, permitiendo una confrontación más directa entre los contendientes. Este cambio, justificado por los representantes de las candidaturas, se fundamenta en la preocupación por una posible distribución desigual del tiempo, dada la participación de tres candidaturas en lugar de dos.
En lugar del formato originalmente propuesto, se ha establecido un nuevo esquema que otorga a cada candidatura la oportunidad de enviar 15 preguntas a la moderación, seleccionando cinco por cada tema a discutir. La moderación, a su vez, formulará tres preguntas en total, una por cada tema, las cuales deberán ser respondidas por todas las candidaturas en un tiempo máximo de un minuto por intervención, seguido de un minuto adicional para réplica por parte de cada participante.
Asimismo, se han implementado cambios en los primeros tres bloques del debate, que originalmente mantenían un formato idéntico. Ahora, cada candidatura tendrá un minuto para exponer su postura respecto a la temática de cada bloque, seguido de una bolsa de tiempo máxima de cinco minutos por participante para profundizar en el tema.
Es importante destacar que esta decisión ha generado cierta controversia, especialmente considerando la negativa inicial del INE a modificar el formato propuesto, lo que llevó a la cancelación de una reunión prevista entre representantes de partidos y consejerías del órgano electoral. Sin embargo, la adaptación del formato a las solicitudes de las coaliciones evidencia una flexibilidad por parte del INE, aunque plantea interrogantes sobre la independencia y la capacidad de regulación del proceso electoral.
En un contexto político marcado por la polarización y la competencia feroz entre las candidaturas, estos cambios en el formato del tercer debate presidencial podrían tener un impacto significativo en el desarrollo y los resultados del mismo, al influir en la dinámica de interacción entre los aspirantes y en la percepción del electorado respecto a su desempeño y propuestas.