Cajititlán: Donde la Magia de los Reyes Magos Cautiva Corazones
A tan solo 25 minutos del bullicio del periférico de Guadalajara, se esconde un rincón mágico que cobra vida cada 7 de enero. Cajititlán, un pintoresco pueblo jalisciense de apenas 8 mil habitantes, se convierte en el epicentro de la celebración de los Reyes Magos, una tradición con más de 400 años de antigüedad que atrae a fieles de todas partes, nacionales y extranjeros.
El Encanto de Cajititlán: Más Allá de sus Paisajes
Cajititlán, con su laguna que refleja la serenidad de sus aguas y está rodeada de sierras y pueblos encantadores, es un lugar que va más allá de su belleza natural. El gran atractivo del pueblo se encuentra en su Basílica de los Reyes Magos, que cobra vida cada 7 de enero cuando las estatuas de los tres monarcas salen de la iglesia para recorrer el pueblo y ser llevadas en procesión por la laguna, derramando sus bendiciones sobre el lago.
La Tradición que Despierta Devoción y Admiración
La celebración de los Reyes Magos en Cajititlán es única. A las 10 de la mañana, cohetes estallan en el cielo anunciando el inicio de la procesión. Tambores resuenan y una multitud sigue la guardia de honor de los Reyes Magos. Entre la procesión, destacan los fieles que caminan descalzos sobre el cálido asfalto, un acto de devoción que sobresale.
A lo largo de la avenida, se forma una cadena de personas ansiosas por tocar y venerar a los Reyes, rezando y aplaudiendo a su paso. Melchor, Gaspar y Baltazar son escoltados hasta la orilla de la laguna, donde tres embarcaciones especialmente decoradas los aguardan para iniciar su recorrido.
La Fiesta que Despierta los Sentidos
La procesión no es solo un evento religioso; es una fiesta que involucra a toda la comunidad. Antojitos mexicanos, artesanías y música animan las calles. Las tres lanchas, adornadas con globos, llevan a los Reyes Magos mientras son acompañados por fervientes seguidores. Es un día de celebración, devoción y alegría que resuena en todo el pueblo.
Los Reyes Magos de Cajititlán: Historia Viva de Devoción
Desde 1770, las estatuas de los Tres Reyes Magos han sido veneradas en la parroquia construida en su honor. Año tras año, habitantes de comunidades cercanas se congregan para organizar festividades en su honor. La devoción trasciende generaciones, convirtiendo a las estatuas en testigos de la fe y la tradición arraigada en el corazón de Cajititlán.