El debate entre café y té es tan antiguo como apasionado. Mientras el café domina en Occidente como el despertador líquido por excelencia, el té —la segunda bebida más consumida del mundo— tiene un ejército de fieles que valoran sus propiedades relajantes y antioxidantes. Pero más allá de preferencias culturales, la ciencia ha analizado cómo afectan estas infusiones a nuestro cuerpo, mente y salud a largo plazo.
Contrario a la creencia popular, tanto el café como el té (verdadero, de Camellia sinensis) contienen cafeína, aunque en cantidades y con efectos diferentes. Una taza de café (240 ml) suele tener entre 95–200 mg de cafeína, mientras que el té negro ronda los 40–70 mg y el verde, 20–45 mg. La clave está en cómo actúa:
- Café: Ofrece un estímulo rápido y potente, ideal para momentos que requieren alerta inmediata. Mejora la concentración y memoria a corto plazo, pero en exceso puede causar nerviosismo o insomnio.
- Té verde: Su combinación de cafeína y L-teanina (un aminoácido relajante) produce un estado de «alerta tranquila», sin picos de energía. Estudios sugieren que protege contra enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
Beneficios más allá de la cafeína
Café: antioxidantes y protección hepática
El café es rico en ácido clorogénico, un antioxidante con efectos antiinflamatorios. Investigaciones lo vinculan a:
- Menor riesgo de diabetes tipo 2.
- Protección contra enfermedades neurodegenerativas (como Alzheimer).
- Reducción de daño hepático en consumidores moderados de alcohol.
Té: aliado del corazón y el metabolismo
- Té negro: Ayuda a reducir el colesterol LDL («malo») y mejora la salud vascular.
- Té verde: Sus catequinas (como el EGCG) tienen propiedades antitumorales en estudios preliminares. También favorece la pérdida de grasa al acelerar levemente el metabolismo.
Infusiones como manzanilla, rooibos o menta no contienen cafeína ni los compuestos activos del té verdadero. Aunque son útiles para relajarse o aliviar malestares, no proporcionan los mismos efectos estimulantes o antioxidantes.
No hay un ganador absoluto. Depende de tus objetivos:
- Para energía rápida y productividad: Café (con moderación).
- Para relajación sin somnolencia: Té verde.
- Salud cardiovascular: Alterna ambos (el té negro reduce colesterol; el café protege el hígado).
Conclusión: La mejor opción es la que se adapte a tu ritmo de vida. Y si no quieres elegir, ¡aprovecha lo mejor de ambos mundos!