El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, viajó a Estados Unidos para reunirse con Donald Trump en la Casa Blanca este lunes. En el encuentro, ambos líderes reforzarán su alianza en temas de seguridad y migración, mientras organizaciones de derechos humanos alertan sobre detenciones arbitrarias y posibles violaciones a los derechos de personas migrantes.
Bukele ha ganado la simpatía del expresidente estadounidense al aceptar en su país a más de 250 migrantes deportados, en su mayoría venezolanos, quienes fueron recluidos en la megacárcel salvadoreña Cecot, un penal de máxima seguridad con capacidad para 40 mil reos.
Aunque el gesto fue bien recibido por Trump —quien agradeció públicamente a Bukele en su red social Truth Social—, no fue suficiente para que El Salvador quedara exento del nuevo arancel global del 10% impuesto por el republicano la semana pasada. Este gravamen amenaza con afectar seriamente las exportaciones salvadoreñas, que dependen en gran parte del mercado estadounidense.
«El comercio necesita despegar, ser fluido, no que lo afecten», advirtió el economista César Villalona en entrevista con AFP.
En 2024, El Salvador exportó 6,500 millones de dólares en productos, de los cuales más de 2,100 millones fueron a Estados Unidos, principalmente ropa, azúcar, café y componentes electrónicos. Aun así, el déficit comercial del país con EE.UU. alcanzó los 2,289 millones de dólares.
Organismos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han denunciado detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas y falta de debido proceso para los migrantes encarcelados en El Salvador. La mayoría fueron expulsados sin juicio previo y bajo una ley estadounidense de “enemigos extranjeros” que data de 1798.
Además, medios internacionales han documentado que al menos uno de los migrantes deportados, Kilmar Ábrego García —casado con una ciudadana estadounidense— fue detenido por error. La Corte Suprema de EE.UU. ya ordenó su liberación y retorno inmediato.
“Parece que El Salvador no da para más que hablar de cárceles con Estados Unidos”, criticó el politólogo Napoleón Campos, al considerar que la relación bilateral debería incluir comercio, inversión y cooperación, no sólo seguridad.
Desde el sector industrial, el presidente de la Asociación Salvadoreña de Industriales, Jorge Arriaza, espera que esta visita pueda “dar un poco más de claridad” sobre las nuevas reglas del juego en materia comercial, tras el arancel impuesto.
Trump y Bukele se reunirán este lunes para consolidar esta peculiar alianza entre la llamada “mano dura” salvadoreña y el discurso antimigrante del expresidente republicano. El encuentro también confirma que, a pesar de las denuncias, ambos líderes están decididos a continuar colaborando estrechamente.