En un ambicioso paso hacia la industrialización y la autosuficiencia energética, Bolivia avanza en la implementación de biocombustibles, específicamente el biodiésel y el etanol, como pilares de su estrategia de sustitución de importaciones y transición hacia fuentes de energía más limpias. El Ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina, ha delineado las políticas gubernamentales que sitúan a Bolivia en la vanguardia de la transición energética en América Latina, destacando el trabajo conjunto con el sector privado para establecer un marco regulatorio, económico, y ambiental sólido.
El reciente Decreto 5135 es un testimonio del compromiso de Bolivia con esta visión, permitiendo la incorporación de hasta un 25% de aditivos de origen vegetal en los combustibles. Esta medida se anticipa como una respuesta crucial al incremento de la demanda nacional de mezclas y aditivos más sostenibles.
La inauguración de la primera planta de biodiésel del país en Santa Cruz, anunciada por el presidente Luis Arce, es un hito significativo en este recorrido. Con una capacidad de procesamiento de 1,500 barriles diarios de biodiésel a partir de aceites vegetales, esta instalación no solo contribuye a la diversificación energética sino también al desarrollo económico regional, prometiendo la creación de miles de empleos directos e indirectos y la reducción significativa del costo de importación de diésel.
La planta, junto con futuras instalaciones en El Alto y la planta de diésel ecológico HVO, simboliza el esfuerzo nacional por alcanzar la autosuficiencia energética y reducir la dependencia de combustibles fósiles importados. Además, se subraya la importancia del reciclado de aceite doméstico como fuente adicional de ingresos para las familias bolivianas, integrando la sostenibilidad ambiental con el beneficio económico local.
El lanzamiento de estas iniciativas posiciona a Bolivia no solo como un líder en la adopción de biocombustibles en la región sino también como un modelo de transición energética integral que armoniza los objetivos de desarrollo económico, sostenibilidad ambiental, y responsabilidad social.