Tin Tan y Rosita Quintana en «Calabacitas tiernas», de Gilberto Martínez Solares (1949). La película se llamaba en un principio «¡Ay qué bonitas piernas!», pero comercialmente (me imagino que por cuestiones de censura) adoptó el nombre con que se le conoce, basado en el dicho «¡Calabacitas tiernas, ay qué bonitas piernas!».
Fue la primera colaboración entre Germán Valdez y Martínez Solares, pareja que sobre todo durante los años cincuenta produciría las mejores películas de Tin Tan (con los espléndidos guiones de Juan García «Peralvillo» y un maravilloso cuadro de actores que incluía al «Carnal» Marcelo, Vitola, Borolas, el enano Tun Tun y Ramón Valdés, entre otros).
Aunque gran parte del reconocimiento de Rosita Quintana fue musical, la pantalla grande aportó grandes e innumerables logros a su carrera artística, principalmente por sus películas al lado de “Tin Tan”, que coincidieron en su debut como protagonista y ser nominadas como los trabajos más importantes del actor: Calabacitas tiernas, Soy charro de levita y No me defiendas compadre.
La actriz que entonces tenía entonces 23 años, logró obtener su primer papel importante acompañando a los hermanos Germán y Ramón Valdés en dicha película, la cual fue reconocida como una de las 100 mejores del cine mexicano por la revista Somos que en 1994 reunió a especialistas y críticos de cine para hacer su lista. Ahí el film se posicionó en el número 33.
La historia narra cómo “Tin Tan”, entre varios problemas, se enamora de la encargada de limpieza de lindas piernas, que es interpretada por Quintana. Ahí se desenvuelven en una de los momentos favoritos de los espectadores, un baile que la joven mantiene con Germán y Ramón Valdés, quien iba entrando al mundo del cine.
Desde entonces la pareja estelarizó tres películas más y no se dudó de que, por la química que reflejaban en pantalla, mantendrían en la privacidad de sus vidas un romance que nunca llegó a confirmarse.
Rosita entonces era considerada por el público como una de las mujeres preferidas para actuar al lado de Germán Valdés, pues ambos complementaban su comicidad, aunque el puesto lo peleó con Silvia Pinal, quien protagonizó cinco películas en compañía del histrión, y Famie Kauffmann “Vitola”, quien fue su compañera de set en siete ocasiones.
A pesar de que se habló del supuesto romance entre Quintana y Valdés, en 1949, el mismo año en que actuó activamente junto a su colega en diferentes proyectos, ella dio a conocer que había comenzado una relación con Sergio Kohan, el entonces gerente de los estudios Columbia Pictures, de quien habría quedado enamorada.