El huracán Beryl, que actualmente se desplaza por Texas en los Estados Unidos, ha esquivado por segunda ocasión el territorio mexicano. Sin embargo, este lunes ha provocado lluvias «muy fuertes» en los estados fronterizos del noreste de México, según informes del Servicio Meteorológico Nacional (SMN). A pesar de no hacer contacto directo con México, su amplia circulación afecta considerablemente a regiones como Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.
El SMN ha advertido sobre precipitaciones puntuales que podrían alcanzar entre 50 y 75 milímetros, las cuales poseen el potencial de generar encharcamientos e inundaciones significativas en estas áreas. Beryl, que se mantiene como un huracán de categoría 1, fue localizado a corta distancia de las ciudades texanas de Matagorda y Houston, y a unos 405 kilómetros al nor-noreste de Matamoros, Tamaulipas.
Con vientos máximos sostenidos de 120 kilómetros por hora y ráfagas que alcanzan los 150 kilómetros por hora, el huracán se mueve hacia el norte a una velocidad de 19 kilómetros por hora. Además, se esperan rachas de viento de hasta 60 kilómetros por hora y un oleaje elevado de hasta 2 metros en la costa norte de Tamaulipas.
La preocupación en México era alta ante la llegada de Beryl, el primer huracán de la temporada, el cual ha sido descrito por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) como un precedente alarmante por su temprana formación y máxima intensidad en el Atlántico. A pesar de los temores, el saldo en México ha sido blanco, sin víctimas y con daños menores en infraestructura en Quintana Roo, hogar de Cancún, uno de los principales destinos turísticos del país.
Beryl es el tercer ciclón de esta temporada atlántica que ha impactado México, siguiendo a la tormenta Chris que ingresó el 30 de junio y a Alberto, que el 20 de junio dejó un saldo de seis muertos en Nuevo León. Este año, la temporada de huracanes continúa mostrando un comportamiento atípico y desafiante para las autoridades y poblaciones afectadas.