Por Juan Pablo Ojeda

Durante años, los científicos han sostenido que los humanos no pueden recordar su primera infancia debido al desarrollo incompleto del cerebro, especialmente del hipocampo, la región responsable de almacenar los recuerdos. Sin embargo, un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Yale, publicado en la revista Science, desafía esta teoría y muestra que los bebés tan pequeños como de 12 meses ya tienen la capacidad de formar recuerdos episódicos, refutando la noción de que no pueden recordar eventos específicos de los primeros años de vida.

El estudio centra su atención en la memoria episódica, aquella que almacena recuerdos específicos de eventos, como por ejemplo una comida familiar, en lugar de la memoria estadística, que capta patrones generales, como los aspectos de los restaurantes. Los bebés, como se sabe, son excelentes aprendices estadísticos, una habilidad fundamental para el desarrollo del lenguaje, pero los investigadores han descubierto que la memoria episódica comienza a desarrollarse más tarde, a partir de los 12 meses.

La memoria episódica y el rol del hipocampo

El equipo de investigadores, dirigido por Tristan Yates, reclutó a 26 bebés de entre 4 y 25 meses y utilizó imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI) para medir la actividad en el hipocampo mientras los bebés realizaban una tarea de memoria. Los resultados revelaron que los bebés mayores de 12 meses mostraron una mayor actividad en la parte posterior del hipocampo, una región asociada con la memoria episódica en adultos.

El procedimiento consistió en mostrar a los bebés una serie de imágenes de rostros, objetos y escenas nuevas. Luego, los bebés vieron una imagen previamente mostrada junto a una nueva. Si los bebés miraban más tiempo la imagen que ya habían visto, esto sugería que la reconocían. Los investigadores encontraron que cuanto más activa era la parte posterior del hipocampo cuando los bebés veían una nueva imagen, más tiempo pasaban observándola cuando reaparecía, indicando que los recuerdos estaban siendo codificados en esa etapa temprana de la vida.

Amnesia infantil: ¿es un fallo en la recuperación, no en la codificación?

Aunque los bebés pueden formar recuerdos, el estudio sugiere que la razón por la cual no podemos recordar nuestra primera infancia podría estar relacionada con la consolidación y recuperación de esos recuerdos, más que con la incapacidad de formarlos. El proceso de codificación, en el que el hipocampo captura recuerdos sensoriales, es solo la primera etapa; la consolidación de esos recuerdos ocurre durante el sueño y puede durar días o semanas. Sin embargo, aunque estos recuerdos podrían persistir, la incapacidad de recuperarlos a lo largo de la vida podría ser responsable de la amnesia infantil.

Los hallazgos coinciden con estudios realizados en roedores, que también muestran que los recuerdos formados en la infancia pueden perdurar hasta la edad adulta, aunque solo sean accesibles mediante la estimulación directa o señales de recuperación.

Implicaciones futuras

Los investigadores ahora se enfocan en rastrear la durabilidad de estos recuerdos a lo largo de la infancia e incluso están comenzando a explorar la posibilidad, aunque en términos hipotéticos, de que estos recuerdos puedan perdurar hasta la edad adulta, aunque sean inaccesibles.