Por Bruno Cortés
Este 25 de septiembre de 2024, se cumplieron 10 años de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, un evento que sigue marcando profundamente a la sociedad mexicana. En conmemoración, se registraron movilizaciones en las calles de la Ciudad de México, y las protestas llegaron hasta el Senado de la República, donde las actividades se suspendieron temporalmente por seguridad.
Movilizaciones y demandas de justicia
Los padres de los 43 normalistas y grupos de estudiantes encabezaron una manifestación pacífica, pero cargada de simbolismo y exigencias. Alrededor de 22 camiones llegaron desde Iguala, Guerrero, transportando a los manifestantes, quienes se congregaron frente al Senado. Durante el mitin, se volvió a exigir que las autoridades tomen acciones reales para encontrar con vida a los desaparecidos y se haga justicia.
A pesar de que la protesta fue en su mayoría pacífica, se registraron algunos incidentes cuando un grupo de encapuchados lanzó artefactos explosivos al interior del Senado, lo que generó tensión e hizo que las autoridades decidieran suspender las labores del recinto.
¿Qué tiene que ver Ayotzinapa con la reforma de la Guardia Nacional?
Aunque las movilizaciones fueron principalmente en memoria de los 43 desaparecidos, también coincidieron con la discusión en el Senado sobre la posible incorporación de la Guardia Nacional a la SEDENA (Secretaría de la Defensa Nacional). Los manifestantes expresaron su rechazo a esta medida, temiendo que un cuerpo policial bajo control militar aumente la represión y afecte la búsqueda de justicia en casos como el de Ayotzinapa.
Este tema tiene un trasfondo importante porque, en esencia, se trata de la lucha por mantener el control civil sobre la seguridad pública, algo que muchos consideran fundamental para evitar abusos por parte del gobierno.
¿Cómo afectaron las protestas al Senado?
La suspensión de actividades en el Senado afectó principalmente a los empleados que trabajan en el recinto. No solo se detuvieron las actividades legislativas, sino que el ambiente de inseguridad generado por las protestas creó una sensación de tensión en los trabajadores. Muchos empleados manifestaron su apoyo a la causa, pero al mismo tiempo, la situación generó retrasos en la agenda política y, por lo tanto, en la toma de decisiones importantes, como la discusión de la reforma judicial y la reforma de la Guardia Nacional.
Reacciones y contexto político
A nivel social, estas protestas son una clara señal de que el caso de Ayotzinapa sigue siendo una herida abierta. A nivel político, además de las movilizaciones por los normalistas, también se están desarrollando tensiones respecto a las reformas que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador está impulsando, especialmente aquellas relacionadas con la seguridad y la justicia.
El tema de la Guardia Nacional es particularmente sensible, ya que muchos mexicanos temen que ponerla bajo control militar podría erosionar los derechos civiles y abrir la puerta a un gobierno más autoritario.
Reflexión
Las movilizaciones por Ayotzinapa no solo nos recuerdan la importancia de la justicia, sino también el papel clave que tienen los ciudadanos en exigir transparencia y responsabilidad a las autoridades. A 10 años de la tragedia, el clamor por justicia sigue resonando, y las implicaciones políticas de las protestas nos recuerdan que, en democracia, cada voz cuenta.