Por Juan Pablo Ojeda
El Lincoln Financial Field vivió una noche inolvidable en el Monday Night Football. Con menos de dos minutos en el reloj, los Atlanta Falcons (1-1) lograron una victoria dramática sobre los Philadelphia Eagles (1-1) por 22-21, dejando a los fanáticos locales con el corazón en un puño. La sorpresiva derrota de los Eagles se debió a un desafortunado manejo del tiempo por parte del head coach Nick Sirianni y a una jugada final que los Falcons supieron aprovechar al máximo.
Desde el inicio del juego, la ausencia del receptor estrella A.J. Brown se hizo sentir. Jalen Hurts, el quarterback de Philadelphia, luchó para encontrar opciones en la ofensiva sin su principal objetivo. A pesar de un inicio prometedor, los Eagles fallaron en una crucial cuarta oportunidad cuando estaban a solo nueve yardas de las diagonales en el primer cuarto.
En el segundo cuarto, los Falcons dieron el primer golpe con un gol de campo de 39 yardas de Younghoe Koo. Philadelphia no tardó en responder. Hurts dirigió una ofensiva que culminó con un pase a DeVonta Smith para el primer touchdown del partido. La respuesta de los Falcons fue inmediata, pero no lograron concretar el avance y se conformaron con otro gol de campo, dejando el marcador 6-7 al descanso.
El tercer cuarto empezó con los Falcons sumando tres puntos más, tomando una ventaja 9-7. Philadelphia respondió con un gol de campo, pero Atlanta pronto mostró su fuerza ofensiva. Kirk Cousins conectó un pase de 42 yardas con Darnell Mooney, quien dejó atrás a su marcador para anotar el primer touchdown de Atlanta en el partido.
La siguiente ofensiva de los Eagles, dirigida por Sirianni, se movió lentamente hasta colocarse a una yarda de las diagonales. En ese momento, ejecutaron su conocida jugada ‘tush push’, que permitió a Hurts anotar su primer touchdown de la temporada y, con la conversión de dos puntos, situar el marcador en 15-18 a favor de Philadelphia.
Con el tiempo en contra, los Eagles tenían la oportunidad de sellar el juego, pero una vez más, el manejo del reloj dejó mucho que desear. Con solo tres puntos adicionales en su haber y 1:39 minutos restantes, los Falcons recuperaron el balón. Fue entonces cuando Kirk Cousins, con su experiencia a cuestas, realizó cuatro pases precisos que los llevaron hasta la yarda 14 de Philadelphia. Finalmente, Cousins lanzó un pase hacia el costado donde Drake London recibió la pelota y anotó el touchdown que definió el partido.
La sorprendente victoria de los Falcons resalta la importancia de la gestión del tiempo y la capacidad para ejecutar jugadas clave en momentos decisivos. Mientras los Eagles asimilan esta dura derrota, los Falcons celebran un triunfo que quedará grabado en la memoria de los aficionados como un ejemplo clásico de cómo el fútbol americano puede cambiar en un instante.