Culiacán, Sinaloa a 31 de mayo, 2024.- El pasado jueves por la tarde, Eliseo Imperial Castro, conocido como «Cheyo Ántrax», fue asesinado en Culiacán, Sinaloa. Imperial Castro, sobrino de Ismael «El Mayo» Zambada, líder del Cártel de Sinaloa, fue acribillado dentro de una camioneta Chevrolet Colorado blanca sobre la carretera Internacional México 15, cerca del panteón Jardines del Humaya.
Detalles del homicidio
La Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa informó que alrededor de las 14:53 horas se reportó el hallazgo de un hombre sin vida con heridas de arma de fuego en el interior del vehículo. Elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) acudieron de inmediato para asegurar la zona y realizar las investigaciones correspondientes.
En redes sociales, circularon imágenes del vehículo con múltiples impactos de bala en el cofre y parabrisas, confirmando la violencia del ataque.
¿Quién era «Cheyo Ántrax»?
Eliseo Imperial Castro, alias «Cheyo Ántrax», fue uno de los fundadores de la célula criminal «Los Ántrax», que operaba como brazo armado del Cártel de Sinaloa. Además de ser sobrino de «El Mayo» Zambada, era primo y escolta de Ismael Zambada Imperial, conocido como «Mayito Gordo», uno de los hijos del líder del cártel.
Los Ántrax, fundados junto con José Rodrigo Aréchiga Gamboa, alias «El Chino Ántrax», eran conocidos por su lealtad y feroz defensa del cártel. Este grupo ganó notoriedad por su participación en múltiples actos violentos y por proteger los intereses de «El Mayo» Zambada.
El asesinato de «Cheyo Ántrax» ocurre en medio de un contexto de violencia creciente en Sinaloa, donde las disputas entre células del crimen organizado han escalado. Este evento resalta la continua lucha por el control del territorio y el poder dentro del narcotráfico en México.
La figura de Ismael «El Mayo» Zambada ha sido una constante en el mundo del narcotráfico durante décadas, y su familia ha estado en el ojo del huracán debido a su implicación directa en las operaciones del cártel. La muerte de «Cheyo Ántrax» es un recordatorio del peligro constante que rodea a los integrantes de estas organizaciones criminales.