En un movimiento que podría resultar en una multa significativa para Apple, los reguladores antimonopolio de la Unión Europea han acusado al gigante tecnológico de violar las reglas del bloque, específicamente bajo su histórica Ley de Mercados Digitales (DMA, por sus siglas en inglés). Esta acusación marca un hito en los esfuerzos de la UE por frenar el poder de las grandes tecnologías y garantizar condiciones equitativas para los competidores más pequeños.
La Comisión Europea, encabezada por la jefa antimonopolio Margrethe Vestager, ha enviado sus conclusiones preliminares a Apple tras una investigación iniciada en marzo. El foco del conflicto se centra en los nuevos términos comerciales impuestos por Apple a los desarrolladores de aplicaciones, que según la Comisión no cumplen con las disposiciones de la DMA. Vestager destacó que estos términos limitan la capacidad de los desarrolladores para comunicarse libremente con los usuarios finales y celebrar contratos directos.
Apple, por su parte, ha respondido señalando que ha realizado ajustes en sus políticas comerciales en respuesta a las preocupaciones planteadas por la Comisión y los desarrolladores. En un comunicado por correo electrónico, la empresa afirmó su compromiso de continuar colaborando con la Comisión Europea para resolver el conflicto de manera amistosa.
Uno de los puntos críticos de la disputa son las tarifas que Apple cobra a los desarrolladores por facilitar la adquisición inicial de clientes a través de la App Store, que la Comisión considera excesivas. A pesar de las defensas de Apple, que sostiene que la mayoría de los desarrolladores pagarían igual o menos bajo los nuevos términos, la Comisión Europea ha expresado dudas sobre la justificación de estas tarifas.
Además de esta acusación, la UE ha iniciado una nueva investigación sobre los requisitos contractuales de Apple para desarrolladores de aplicaciones de terceros y tiendas de aplicaciones alternativas. Esta investigación evaluará si dichos requisitos son necesarios y proporcionados, especialmente en lo que respecta a la integración de tiendas de aplicaciones alternativas en los iPhones.
El panorama legal para Apple en Europa se complica aún más con la reciente controversia sobre el retraso en el lanzamiento de funciones impulsadas por inteligencia artificial en la región, un movimiento que la compañía atribuyó a la DMA. Vestager criticó esta decisión, sugiriendo que podría interpretarse como un intento anticompetitivo por parte de Apple.
Con el plazo para una decisión final fijado hasta marzo del próximo año, Apple enfrenta la posibilidad de una multa que podría alcanzar hasta el 10% de su facturación anual global si se determina que ha infringido la DMA. La resolución de este caso no solo podría tener repercusiones financieras significativas para la empresa, sino también impactar en la manera en que las grandes tecnologías operan en el mercado digital europeo en el futuro cercano.