Por Bruno Cortés
La mañana del pasado martes en el Senado, el ambiente se tornó tenso cuando el senador Ricardo Anaya, conocido por su estilo directo y su trayectoria como excandidato presidencial, confrontó a Rosario Piedra durante su comparecencia para continuar al frente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). La razón de la controversia: la forma en que Piedra llegó al cargo, que Anaya califica de «fraude».
El senador, en un tono casi inquisitivo, comenzó su intervención preguntándole a Piedra cuántos votos había obtenido en su elección de 2019. La presidenta de la CNDH, visiblemente incómoda, admitió no recordar la cifra exacta. Esta respuesta desató la crítica de Anaya, quien le recordó que había sido una elección con serias irregularidades. “Votaron 116 personas y usted obtuvo 76 votos; no se reunió la mayoría calificada. Fue una elección fraudulenta”, aseguró.
El senador no se detuvo ahí. Aprovechó la ocasión para enfatizar que Piedra sabía que su elección estaba manchada por la falta de legitimidad. “Es penoso que no lo recuerde, pero aquí estamos para recordárselo”, le dijo, dejando claro que su postura en contra de su reelección era firme.
Por su parte, Rosario Piedra defendió su gestión, afirmando que no hubo nada fraudulento en su llegada a la CNDH y que estaba ahí para consolidar lo que había logrado, no por ambición personal. Su argumento, sin embargo, no logró calmar los ánimos en el Senado, donde las opiniones sobre su permanencia en el cargo están divididas.
Después de la comparecencia, Anaya no dudó en expresarse nuevamente en redes sociales, subrayando su sorpresa ante la posibilidad de que el partido en el poder, MORENA, considerara reelegir a alguien como Piedra. “Cuando creemos haberlo visto todo, nos vuelven a sorprender”, escribió en X, dejando claro que la controversia en torno a la CNDH está lejos de solucionarse.
Mientras tanto, la lista de aspirantes a la presidencia de la CNDH se hace cada vez más extensa, con nombres como Paulina Hernández, Hugo Hernández Vaquero y Karla Alejandra Obregón, entre otros. Este grupo se posiciona en un contexto donde la defensa de los derechos humanos es crucial y donde la legitimidad de quienes ocupan estos cargos está en el ojo del huracán.
Este episodio nos recuerda que, en el mundo de la política, las elecciones no son solo un trámite; son el reflejo de la confianza que la sociedad deposita en sus representantes. A medida que avanza este debate, los ciudadanos deberán decidir qué tipo de liderazgo quieren para la defensa de sus derechos.