Hidalgo a 27 de septiembre de 2024.- En respuesta a la escalofriante ola de violencia que azotó a la planta de cemento Cruz Azul el pasado lunes, los trabajadores han intensificado las medidas de seguridad en sus instalaciones. Las guardias en los accesos, especialmente en la entrada junto al Obelisco de los socios fundadores, ahora cuentan con mayor vigilancia y están bloqueadas por una máquina revolvedora para prevenir cualquier irrupción por parte de grupos de choque.
Refuerzo de Vigilancia
Este nuevo protocolo de seguridad busca salvaguardar a los empleados y las instalaciones de la fábrica ante posibles ataques. En caso de una nueva situación de emergencia, los guardias están preparados para convocar a la población mediante cohetones, un mecanismo que ya se ha utilizado en otros incidentes que han dejado un saldo trágico de heridos y fallecidos en los últimos años.
Impacto en la Comunidad
Los efectos de la violencia no solo se sienten en la planta; la comunidad de Cruz Azul se enfrenta a una crisis económica. Este martes, las clases en todas las instituciones educativas de la localidad continuaron suspendidas, ya que las autoridades escolares aún no tienen claro cuándo se podrá regresar a la normalidad. Mientras tanto, las clases se están llevando a cabo en línea.
Aunque el transporte desde Tula hacia Cruz Azul ha vuelto a la normalidad, muchos comercios siguen cerrados, y se espera que reanuden actividades solo antes de finalizar la semana. Amelia López, una residente de la ciudad, destaca que la situación económica ha ido en picada desde que comenzó el conflicto. “Antes era un lugar próspero, pero ahora los clientes prefieren ir a otros municipios para hacer sus compras”, lamenta.
El Centro Comercial Cruz Azul, una vez bullicioso, ahora se encuentra casi vacío. La falta de clientela ha llevado al cierre de varios locales de comida y bebida, convirtiendo la zona centro de la ciudad en un área desolada. Las actividades recreativas han disminuido considerablemente, afectando la derrama económica que anteriormente beneficiaba a la comunidad.
Una Ciudad en Crisis
La tensión que ha surgido entre los habitantes, divididos por los bandos en conflicto por el control de la cementera, ha contribuido al deterioro de la calidad de vida en la región. Amelia señala que “el conflicto ha aislado a los habitantes en una zona de incertidumbre, donde antes había bienestar y seguridad”. La falta de opciones de entretenimiento y la caída en la actividad comercial son síntomas de una crisis que amenaza con transformar la vida en esta comunidad.
En conclusión, la ampliación de la seguridad en la planta Cruz Azul no solo busca proteger las instalaciones, sino también abordar una problemática más profunda que afecta la economía y el tejido social de la ciudad. La esperanza de recuperar la paz y la prosperidad parece lejana, pero es un objetivo urgente para los habitantes que anhelan volver a vivir en un entorno de estabilidad y bienestar.